La geolocalización y la georreferenciación son un arma de doble filo para las especies marinas

El aparato de rastreo que se colocó en los tiburones ballena mide 25 centímetros. Foto: Facebook/ Parque Nacional Galápagos.

El aparato de rastreo que se colocó en los tiburones ballena mide 25 centímetros. Foto: Facebook/ Parque Nacional Galápagos.

Los aparatos de geolocaclización y georreferenciación permite seguir a especies marinas durante su migración. Foto: Facebook/ Parque Nacional Galápagos.

Hay diferentes estrategias, implementos y desarrollos tecnológicos que permiten detectar la presencia de especies en el mar para su pesca o estudio. En el campo de la biología y la ecología, la geolocalización permite seguir la migración de los animales mediante la detección de la señal de un dispositivo unido a ellos. Para ello, se colocan microchips que emiten ondas de radio que pueden ser seguidas por un satélite.

Mientras que la geolocalización sigue trayectorias, la georreferenciación​ triangula señales y permite establecer la ubicación precisa de un objeto en un sistema de coordenadas. Gary Flores, ingeniero en telecomunicaciones y especialista en satélites, explica que para la geolocalización y georreferenciación se usan satélites de las constelaciones existentes: estadounidenses, rusas, europeas, etc.

Para que el rastreo funcione en los barcos –también en los aviones-, estos deben tener un transpondedor encendido, un dispositivo que emite una señal en el rango denominado ADS (advertising o anuncio).

En el caso de los aviones, el ADS sirve de dos maneras: para saber dónde está ubicado el avión y para determinar los pagos cuando cruzan la frontera aérea de un país.

Los barcos lo tienen activo para indicar dónde están. Flores dice que ubicar un barco en el mar con un satélite no es tan fácil como sucede en tierra con los GPS de nuestros celulares. Esto debido a que la inmensa mayoría de los satélites son de uso comercial y están dirigidos a donde se concentra la gente, en tierra.

El experto manifiesta que por eso la georreferenciación y geolocalización marítimas son costosas. El servicio lo tienen solo países del primer mundo que poseen satélites para saber dónde está cada uno de sus barcos o los buques de otros países que sea de su interés seguir.

La otra alternativa es pagar por el costoso servicio a los países propietarios de los satélites o a las empresas que tienen redes de satélites comerciales. Flores precisa que un satélite no busca a un barco, interpreta la señal que este le envía y da la ubicación.

Si una embarcación no envía su posición, esta se vuelve invisible. Los gobiernos exigen que se use este transpondedor para geolocalización y georreferenciación, pero Flores recuerda que hay interesados en no hacerlo: para traficar personas, pesca ilegal, narcotráfico, etc. El ingeniero en telecomunicaciones añade que si un barco tiene la bandera de un país, ese país lo avala y debería responsabilizarse, pero no siempre sucede.

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