En el Mipcom, el principal foro de programas, series y formatos, se discute sobre la importancia de la diversidad en los nuevos programas de televisión. Foto: EFE.
La llegada de la generación millennial al sector audiovisual ha impulsado la entrada en televisión de voces que sirven de altavoz a minorías raciales o sexuales y a personas con discapacidades que encontraron hoy (17 de octubre del 2018) un hueco en el mercado de formatos Mipcom de Cannes.
“La diversidad ya no es una opción. Es hasta inmoral pasar horas en la vida de la gente repitiendo las mismas historias una y otra vez. Vivimos en un mundo diferente y es una responsabilidad tratar temas que afectan a las personas”, defendió Jane Millichip, directora general de Sky Vision.
A la palestra salen este año series como ‘Man in an orange shirt’ (BBC), una historia de amor homosexual cuando esto era ilegal en el Reino Unido; ‘The Bisexual’ (Channel 4), creada por la estadounidense-iraní Desiree Akhavan, o ‘Insecure’ (HBO), la nueva creación de la directora, productora y actriz Issa Rae.
Rae (1985), premiada en esta edición del Mipcom como Personalidad del Año, alcanzó la fama con ‘Awkward Black Girl’, una serie de videos ‘amateur’ dirigidos y protagonizados por ella. Con sus sucesivos trabajos, ha sido nominada en dos ocasiones a mejor actriz en los Golden Globe Awards y en otra a los Emmy.
“Las personas afroamericanas no hemos estado autorizadas a contar nuestras historias. Las series que veíamos en los 90 o a principios de los 2000 querían captar la mayor audiencia posible y me sorprendió descubrir los pocos afroamericanos que estaban detrás de esos proyectos“, criticó en una intervención en el Mipcom, que se clausura el jueves próximo.
La concienciación parece estar mejorando y los consejeros de la industria coinciden en que “los elencos monoétnicos pronto serán cosa del pasado”, según una fuente anónima citada en la revista interna de la feria.
“Los productores me dijeron que tenía que incluir más blancos en mi serie para atraer al público blanco, pero el hecho de que ya hubiera tantos viéndola quizá quiera decir que están cansados de ver historias de blancos”, dijo Rae, desatando una ola de risas en el auditorio principal del Palacio de Festivales.
Ahora, según defienden los talentos emergentes, el público quiere autenticidad, y esto pasa porque en las salas de guionistas haya siempre una persona que haya vivido la historia que se va a contar.
En Estados Unidos, el grupo The Jim Henson Company lanzó un ejemplarizante proyecto en favor de la diversidad en el espectáculo con el programa ‘The Open Door Program’, para animar a vecinos de comunidades marginales de Los Ángeles a integrar la industria.
“Ahora, mucha gente está prestando atención y mirando de forma introspectiva sus compañías para ver si están a la altura de las expectativas”, apuntó el consejero delegado del estudio de cine independiente MarVista, Fernando Szew.
La serie ‘The Bisexual’, cuya emisión en la televisión británica y estadounidense acaba de arrancar, es el resultado de la persistente lucha de Ahkavan por llevar una historia cotidiana a la pantalla.
Su propuesta fracasó durante años, y cuando la directora la presentó a distintas cadenas en Estados Unidos solían decirle: “Lo sentimos, ya tenemos una serie gay”. Finalmente, encontró un hueco para producirla en el Reino Unido.
“Hago esto porque crecí con la televisión. Cuando fui mayor y vi que mi vida era tan diferente a lo que veía en la tele decidí entregarme a la causa y hacer algo que se parezca a la vida real”, dijo.
Otros ejemplos llegan desde Bélgica, donde De Mensen produjo ‘Team Chocolate’, una serie sobre una fábrica de chocolate que emplea a trabajadores con problemas mentales, disponible en Netflix.
Su productor, Pieter Van Huyck, aseguró que el proyecto nunca fue una serie sobre diversidad, sino una historia de amor del mundo real.
La inserción requiere, según los especialistas, un riesgo financiero y una visión global que piense en la calidad de la historia per se y no solo en los números, para no hacer que estas reproduzcan guetos en la televisión.
“Incluir un programa de cocina en una franja de chinos solo porque el cocinero es chino no puede considerarse diversidad, es un programa de cocina y punto”, defendió Millichip.