Fe y cultura son los atractivos en Canchimalero

Durante la peregrinación a San Martín, hombres y mujeres se turnan para llevar la imagen en sus hombros. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Durante la peregrinación a San Martín, hombres y mujeres se turnan para llevar la imagen en sus hombros. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Durante la peregrinación a San Martín, hombres y mujeres se turnan para llevar la imagen en sus hombros. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Las celebraciones religiosas del pueblo afro movilizan a miles de personas cada año hacia poblaciones costeras de la provincia de Esmeraldas, como Canchimalero.

Durante estos festejos se organizan tours que mueven la economía de los cantones Rioverde y Eloy Alfaro, con la venta de platos típicos, artesanías y dulces de las zonas.

En noviembre, el principal encuentro es la fiesta a San Martín de Porres, el santo de Canchimalero, una parroquia del cantón Eloy Alfaro.

Para este año, 30 mujeres prepararán 10 platos diferentes con la sazón esmeraldeña. La Asociación de Mujeres de Canchimalero montará 10 carpas cerca de la iglesia de la isla, desde la mañana de hoy, cuando se inicie la misa afro dirigida a los devotos.

La fiesta del ‘Santo Negro’ comprende las eucaristías, los rezos y la romería náutica, acompañada de arrullos.

Para aprovechar la llegada de devotos y viajeros, los pobladores organizan recorridos turísticos por los ríos. Los circuitos van desde Borbón o La Tola hasta llegar a Limones y Canchimalero.

Patricia Batioja, de la Asociación de Mujeres, dice que se preparan desde hace ocho meses en la organización de una feria gastronómica.

En las carpas, los turistas podrán degustar el encoca’o de jaiba, cangrejo, pescado o de langostino, cebiche mixto, pollo ahumado con coco, seco de pescado salado y fresco.

Canchimalero es una isla caracterizada por la producción de coco y la extracción de conchas, que se ponen de manifiesto en la gastronomía. Allí habitan cerca de 400 personas.

Además de saborear la sazón, los turistas pueden hacer un recorrido por la isla, conocer la antigua pista de aterrizaje para avionetas, visitar las plantaciones de coco, observar el manglar y estar cerca de los pescadores artesanales.

Agripina Monroy, también de la Asociación, comenta que los hombres van al mar, traen el pescado y ellas lo preparan y secan al sol, como parte de una tradición de toda la zona.

Con los ingresos que esperan obtener en la fiesta de hoy, las mujeres quieren formar una caja de ahorro común para impulsar más ferias turísticas y gastronómicas de manera trimestral en la isla.

Así esperan convertir a Canchimalero en un destino turístico de la provincia, para que se conozca la cultura de los afros.

Con ese propósito se montaron cinco bohíos frente al mar desde hace seis meses. La idea es que sean espacios para el descanso de los turistas locales y extranjeros. La iniciativa proviene de un grupo de jóvenes para complementar la propuesta de las mujeres.

María Landázuri, otra de las mujeres, quiere sumarse a esta oferta con otras vocaciones culturales de la isla. Ella impulsa la música y la oralidad ancestral del pueblo afro.

Ese poblado es considerado un espacio propicio para hacer turismo al interior del manglar, actividad que realizan los habitantes pero de forma esporádica a bordo de sus embarcaciones de fibra o a pie, cuando la marea es baja.

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