El exoplaneta cercano a la Tierra recibe una llamarada que reduce la posibilidad de que sea habitable

El exoplaneta Próxima b, es el más cercano a la Tierra y con altas posibilidades de ser habitable. Foto: NASA

El exoplaneta Próxima b, es el más cercano a la Tierra y con altas posibilidades de ser habitable. Foto: NASA

El exoplaneta Próxima b, es el más cercano a la Tierra y con altas posibilidades de ser habitable. Foto: NASA

El planeta extrasolar Próxima b, el más cercano a la Tierra y con posibilidades de ser habitable, puede ser en realidad un lugar no tan apto para vivir.

En marzo del 2016, Próxima b recibió un estallido de luz de su estrella, Próxima Centauri, tan fuerte que podría haberlo arrasado. Durante esa explosión de radiación, la diminuta estrella roja se volvió 70 veces más brillante que hasta logró verse desde la Tierra.

La alta actividad de Próxima Centauri, con llamaradas potentes y de alta frecuencia tienen la capacidad de destruir la capa de ozono del exoplaneta, generando niveles letales de radiación que pueden llegar a la superficie.

Según publica diario El País, un estudio realizado por astrónomos de Estados Unidos y España explica que "las enanas rojas como Próxima Centauri son demasiado tenues para ser vistas en el cielo nocturno a simple vista, pero esta superfulguración fue tan potente que el astro se hizo visible desde el hemisferio sur de la Tierra “durante unos segundos”, explica Octavi Fors, investigador del Instituto de Ciencias del Cosmos de Barcelona y coautor del estudio, publicado en el repositorio de la Universidad Cornell arxiv.org.

Investigadores creen que erupciones repetidas pueden reducir el ozono de una atmósfera similar a la Tierra en un 90% en tan solo cinco años. Esta situación la eliminaría en unos pocos cientos de miles de años, señala el sitio de noticias ABC.

Tras este hecho, se estima que Próxima b podría ser un exoplaneta mucho más inhóspito de lo que se creía.

Esta no sería la primera vez que investigadores detectan una gran emisión de luz en Próxima Centauri. Otra erupción estelar masiva ocurrida en 2017 pudo arrasar el exoplaneta.

En ese entonces, en luminosidad máxima, la llamarada resultaba 10 veces más brillante que las más grandes enviadas por el Sol cuando se observa a longitudes de onda similares.

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