La etnomatemática, un campo del saber que se abre paso en las aulas

Jefferson Curicama, Helmy Muguicha y Nelly Maritza estudian en la Unidad Educativa Tránsito Amaguaña y utilizan la taptana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Jefferson Curicama, Helmy Muguicha y Nelly Maritza estudian en la Unidad Educativa Tránsito Amaguaña y utilizan la taptana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Jefferson Curicama, Helmy Muguicha y Nelly Maritza estudian en la Unidad Educativa Tránsito Amaguaña y utilizan la taptana. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Desde hace 25 años, en el interior del Mercado Mayorista, los niños adquieren sus primeros conocimientos matemáticos tal como lo hacían sus ancestros. Sin ábacos ni calculadoras, en la Unidad Educativa Tránsito Amaguaña ellos aprenden a realizar operaciones aritméticas por medio de la taptana y los quipus, dos métodos de cálculo propios de las culturas andinas.

Para Irma Gómez, directora y profesora de esta institución, utilizar estas herramientas conlleva a que los estudiantes revaloricen los conocimientos ancestrales. Una idea que comparte el matemático Juan Cadena, miembro del departamento de etnomatemática de la Universidad Central del Ecuador (UCE), una de las recientes áreas creadas por la institución superior.

Desde hace poco más de un año, los estudiantes de etnomatemática de la UCE aprenden los principios matemáticos aborígenes con la finalidad de utilizarlos en la cotidianidad. Su plan de estudios comprende, por ejemplo, un análisis comparativo de los principios de la geometría euclidiana con la andina.

Así se puede apreciar que la concepción del número, el tiempo y el espacio ayudó en la construcción de proyectos como el Qhapaq Ñan, la red de caminos que unió a los pueblos del Imperio incaico y que, de cierta manera, empata con la constelación de la Cruz del Sur.

Para Cadena, la cuestión de la etnomatemática va más allá del aprendizaje de una corriente más. Al estar inmersos en una cultura mestiza, hay un rastro permanente de la matemática indígena en varios aspectos. La muestra más clara es el Cerro Catequilla, ubicado a poca distancia del monumento a la Mitad del Mundo.

El investigador astronómico Cristóbal Cobo determinó un error en el trabajo de la Misión Geodésica Francesa del siglo XVII, por lo que la línea ecuatorial pasa sobre Catequilla, algo que fue identificado por los pueblos preincas hace más de 1 000 años.

La necesidad de llevar estos conocimientos a las aulas es lo que motivó a la UCE a realizar el I Simposio de Etnociencias, que se desarrollará hasta este miércoles 24, en la universidad.

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