Un equipo de científicos chinos logró diseñar paneles solares que funcionan con lluvia o niebla. Foto: EFE
La transición hacia una economía más verde en el mundo no solo traería efectos relacionados a la conservación de los ecosistemas, sino también en el ámbito laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó recientemente un informe en el que muestra que, gracias a la adopción de prácticas sustentables, se podrían crear 24 millones de empleos hasta el 2030.
Para lograr este objetivo, el primer paso es cumplir con el Acuerdo de París. Este busca que los países se comprometan en acciones para limitar el aumento de la temperatura en el mundo hasta un máximo de 2 grados centígrados respecto de los niveles preindustriales hasta el 2050. Si la temperatura aumentara más, se ha calculado que los efectos serían devastadores para todos los habitantes de la Tierra. Cumplir con el Acuerdo de París implica una transición en todos los ámbitos hacia prácticas respetuosas con el ambiente. El cambio hacia energías renovables, el diseño de una agricultura sostenible y el reemplazo de los medios de transporte a gasolina por los eléctricos son campos que causarán una modificación en las plazas de empleo actuales.
Según Catherine Saget, autora principal del estudio, de los 24 millones de puestos de trabajo que se crearán en estos campos, seis millones tendrán que ser ocupados por las personas que se quedarán sin empleo debido a esta transición.
Los principales afectados serán quienes se encuentren en los sectores de la extracción y refinamiento de petróleo, mientras que el sector eléctrico basado en energías renovables será el que tenga más cupos (2, 5 millones).
David Solano, ingeniero mecánico especializado en Ciencias Térmicas y Energía, explica que las fuentes verdes son una tendencia que continúa en aumento en el planeta y cada vez más personas incursionan en este campo, con el objetivo de generar una menor cantidad de desechos y de contaminación en el ambiente.
Desde el 2015, Solano empezó a vincularse directamente en el sector de las renovables, con su proyecto Kawpy. Este emprendimiento busca desarrollar turbinas eólicas de madera, para promover no solo el uso de una energía verde, sino también la utilización de materiales sostenibles.
Por eso, utiliza la balsa y tableros tríplex para reemplazar al plástico, que generalmente está presente en la fabricación de turbinas. Su intención es desarrollar este modelo no solo para el Ecuador sino también para el exterior.
Según el estudio de la OIT, las mayores ganancias hasta el 2030 en relación con el empleo ‘verde’ en el campo energético y agricultura sostenible ocurrirían en América y Europa. En África y Oriente Medio habría una mayor cantidad de pérdidas de empleo, en comparación con los otros continentes, por la dependencia de estas regiones a la energía fósil y a la minería.
Según los autores del estudio, “para que la transición sea justa”, las iniciativas de esta nueva economía deben ir acompañadas de políticas que ayuden a la reubicación de los trabajadores y ofrezcan opciones para que puedan incursionar en esta nueva práctica.
A pesar de las dificultades que puedan ocurrir en este cambio mundial, para la OIT, “la transición es imperativa debido a la presión insostenible de la actividad económica actual sobre el ambiente”.
Julio Hidalgo, economista y estudiante de posgrado de Economía del Desarrollo, considera que es viable depender de las energías verdes, siempre y cuando también existan límites o se llegue a un consenso mundial sobre su uso.
Es importante que el debate incluya el consumo de esta energía, dice Hidalgo, ya que lo que ha ocurrido históricamente es que a pesar de que se buscan fuentes más eficientes, a la final se opta por incrementar el uso de esta energía.
Según Hidalgo, Ecuador tiene un gran potencial para generar energía más sustentable con el uso de hidroeléctricas, pese al costo ambiental que podría implicar el proceso de creación de los embalses y la alteración de los paisajes. El país también se ha enfocado en el último año en el apoyo a los bioemprendimientos.
El estudio explica que, si no se emplean prácticas más sustentables, los daños ambientales continuarán y afectarán a la producción. Según la OIT, 1,2 billones de trabajos actualmente dependen de un ambiente estable y saludable. Si las temperaturas continúan en aumento, el 2% de las horas laborables en la agricultura se reducirán en el año 2030, causando pérdidas económicas.