Ecuador forma parte de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) que impulsa el cuidado y conservación de la Amazonía. Foto: Archivo/ Julio Estrella/ EL COMERCIO.
La Amazonía es considerada la selva tropical más grande del mundo y está conformada por cerca de siete millones de kilómetros cuadrados. Ocupa los territorios de los países de Brasil, Guayana, Colombia, Perú, Suriname, Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Estas naciones también conforman la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) desde donde se impulsa el cuidado y la conservación de este ecosistema a través de acciones conjuntas.
El pasado 30 de agosto del 2019 este organismo emitió un comunicado en el que reconoció todos los esfuerzos provenientes de diferentes países y frentes, por mitigar los daños causados por los incendios forestales en la selva amazónica. En esa mención recordó que hace un trabajo permanente en gestión forestal, restauración y reforestación.
Ecuador, como miembro de este organismo, está en la capacidad de proponer acciones o políticas para remediar los daños en este hábitat y para evitar que los incendios se repitan. Así lo asegura Beno Bonilla, de la organización ambientalista Yasunidos.
“Existen marcos regulatorios internacionales de los que el Ecuador es parte”, explica el promotor. Por ello, agrega, el país puede plantear mecanismos y políticas internacionales que prevengan el desarrollo de estos desastres o la firma de convenios y tratados de protección. A criterio de este experto, estas iniciativas resultarían claves al momento de generar presión internacional para frenar las políticas internas de otros países, “que retiran regulaciones y controles a las industrias”.
Gran parte de la biodiversidad del Ecuador se encuentra en la Amazonía. Foto: Archivo/ Julio Estrella/ EL COMERCIO
Colombia ya anunció, el domingo 25 de agosto del 2019, que expondrá una propuesta de un pacto regional de conservación para proteger la Amazonía, ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta fue la primera iniciativa regional que se lanzó en los últimos días tras las graves afectaciones que se han registrado en Brasil y Bolivia por la propagación de los incendios forestales.
Sin embargo, desde Ecuador no se ha planteado aún alguna postura al respecto para aportar con la propagación de estos eventos.
EL COMERCIO pidió al Ministerio del Ambiente un pronunciamiento sobre su postura ante estos acontecimientos como uno de los países miembros del OTCA. También solicitó un informe sobre posibles daños en la Amazonía ecuatoriana, pero hasta este jueves 5 de septiembre del 2019 no se ha recibido respuesta.
Las actividades extractivistas son una de las principales amenazas de la Amazonía. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Carlos Larrea, docente de la Unidad de Investigación Socioambiental UISA de la Universidad Andina Simón Bolívar, explica que la Amazonía provee muchos beneficios ambientales al mundo, como la regulación del clima, conservación de tres millones de especies y porque tiene cerca de 140 000 millones de toneladas de carbono almacenados en sus árboles.
Pero este territorio, indica Larrea, es “extremadamente” frágil por lo que requiere de mayor atención. Algunas de sus principales amenazas son la reforestación, las actividades extractivistas y evidentemente, los incendios forestales. “La OTCA es una organización constituida pero no ha mostrado –hasta el momento- ninguna efectividad. Esto podría revertirse”.
Para Larrea, algunas iniciativas que podrían nacer desde Ecuador se enfocarían en prevenir la deforestación -con ayuda internacional-, detener las políticas extractivistas y mantener el crudo bajo tierra amazónica. “Creo que con estos tres ejes se podría no solo salvar la Amazonía, sino ayudar a la humanidad entera”.