Los carbohidratos se obtienen, sobre todo, de los vegetales y de frutas como las cerezas. Foto: freepik
La dieta cetogénica, o llamada keto, está en la lista de las más buscadas en Google. En Ecuador -según Google Trends- la búsqueda con el término ‘keto’ alcanzó su punto más alto la semana del 5 al 11 de julio del 2020 y se ha mantenido alta en estos meses.
La nutricionista Cristina Calderón explica que esta propuesta apareció con fines médicos. Por ejemplo, forma parte del tratamiento de la epilepsia. Ahora, sin embargo, es la preferida para bajar de peso.
La dieta cetogénica es rica en proteína y en grasas saludables, y baja en hidratos de carbono. En el mejor de los casos, un platillo contendrá 50 g de ese macronutriente; el equivalente a una media papa. Están descartadas las harinas.
Ese número representa el 10 % del total de las calorías que un adulto promedio debería consumir durante el día. El resto se divide así: 20% de proteínas y 70% de grasas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los hidratos de carbono deberían representar al menos un 55-60% del aporte calórico total. Las grasas no deberían superar el 30% de las calorías totales ingeridas. El 15% corresponde a las proteínas.
Las personas que apuestan por la dieta de moda para lograr un peso saludable también descartan frutas como el plátano o las manzanas rojas. Esa reducción de carbohidratos expone al cuerpo a un estado metabólico llamado cetosis. Cuando eso sucede, se convierte toda la grasa en energía.
Así es como se baja de peso, en realidad es efectiva. A pesar de ello, la nutricionista Calderón recalca que se trata de una dieta restrictiva que puede derivar en daños emocionales.
Con ella coincide la nutricionista Darlene Melendres. Añade que ningún plan de alimentación que suprime un grupo de alimentos es sostenible a lo largo del tiempo.
Hay personas que la toleran muy bien y crean un estilo de vida, pero hay otros hombres y mujeres que anhelan comer una torta o un helado. Ese condicionamiento es precisamente el responsable de los cambios bruscos de humor, del agotamiento extremo o de trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia.
Para que las dietas funcionen -incluida la cetogénica-, las expertas explican que es importante contar con la guía de un especialista, pues podría resultar contraproducente para las personas que tienen diabetes, por citar un ejemplo.
Sobre ese tema, una investigación publicada en el 2018 en la revista Journal of Physiology, confirmó que las dietas cetogénicas pueden causar un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en la etapa inicial de la dieta. Los expertos demostraron que altera el proceso para controlar los niveles de azúcar en la sangre, provocando además resistencia a la insulina en el hígado.
Antes de diseñar un plan de alimentación, las expertas solicitan exámenes de laboratorio. En función de los resultados y de las actividades que el paciente realiza durante todo el día se añaden o se excluyen ciertos alimentos, o se los reemplaza por otros.
El propósito -dice Melendres- es incluir a todos los macro y micronutrientes, pues mientras más variado sea el plan de alimentación más nutrientes se obtendrán.
Todos ellos son vitales para mantener un sistema inmunológico fuerte, indispensable en tiempo de pandemia.
La dieta keto comenzó a sonar en la década de 1970. Ha ganado popularidad en los últimos cinco años. En el 2019 fue unas de las más consultadas.