Harutyunyan fue titular de la Sinfónica de Guayaquil desde 2002, hasta 2016. Es armenio y tiene nacionalidad ecuatoriana. Foto: Mario Faustos/ El COMERCIO
Tuvo que tomar la decisión en dos minutos. El Alcalde de Guayaquil le ofreció formar y dirigir la nueva Orquesta Sinfónica Municipal de Guayaquil y quería una respuesta inmediata. Ese “sí” mantiene “contento y entusiasmado” a David Harutyunyan, que hasta diciembre dirigió la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), adscrita al Ministerio de Cultura y Patrimonio.
En diciembre pasado dijo que no se visualizaba dirigiendo una orquesta en mucho tiempo. ¿Qué cambió?
Estaba cansado de combatir por tantos años cosas poco racionales, llegó un momento en que dije: ‘ya no puedo más’. Necesitaba un descanso mental para reafirmar los valores de siempre, artísticos y humanos.
¿Qué retos supone formar una nueva orquesta?
Es una oportunidad de oro, que ya estamos aprovechando. La parte más importante es el ‘staff’, voy a ser muy cuidadoso en la selección de los músicos que van a entrar. Quiero un equipo de ensueño, una orquesta muy potente. Necesito conmigo a grandes artistas y seres humanos, gente sana espiritualmente, que quiera crear arte, que no esté obligada a hacer arte.
¿En orquestas de tradición existen músicos que tocan por obligación?
Sí. Este no es un trabajo de cumplir un horario, firmar una asistencia e irte. La idea es unirte con colegas a los que respetas y con los que buscas brindar arte al público, esa es la filosofía. Si existe miedo, obligación, gritos e insultos el arte muere, como una flor que se seca.
¿Es una desventaja comenzar desde cero?
Es un sueño empezar desde cero. Nuestra orquesta no va a tener antecedentes desfavorables. Normalmente, las sinfónicas que tienen décadas de existencia acumulan problemas. Lo que hacía en la Sinfónica de Guayaquil, ajustar por años problemas históricos.
¿En el nuevo conjunto tendrán cabida los músicos con los que trabajó por casi 15 años?
Es un tema delicado que tengo que afrontar, no puedo invitar a nadie de mi exorquesta, no debo y no lo voy a hacer, porque es poco ético. Sí tengo mucha nostalgia de la orquesta anterior. Y debo combatir las ganas que tengo de invitarlos al nuevo conjunto
.
¿No descarta que músicos de la OSG integren la sinfónica municipal?
Lo dejo al criterio de cada uno. Cada quien es libre de tomar sus decisiones, pero yo no pienso influir en ellas. No quiero que se me juzgue como alguien que aprovechó la situación para desbaratar una orquesta ya existente, un conjunto al que le tengo mucho cariño porque le brindé 15 años de mi carrera, es la orquesta en la que más años trabajé. Hice una inversión espiritual gigante en la Sinfónica de Guayaquil .
¿Pero es claro que habrá una competencia?
Existe la competencia, pero totalmente sana. La competencia es: voy a tocar mejor que tú. Y solo sirve para mejorar tu propio nivel y brindar mejor arte al público. Yo quiero tocar mejor que todo el mundo; si podremos, eso es otra cosa.
¿En qué fase está el proyecto ahora?
Hay un presupuesto que hay que ejecutar. Estamos en la formación institucional. La orquesta está adscrita a la Dirección de Cultura del Municipio. Y el presidente y delegado del alcalde es Carlos Zavala, con quien empecé a trabajar en la OSG y con quien vivimos una época dorada, con sus primeras giras internacionales.
¿ Cuándo comienza con los ensayos?
Necesito dos meses para empezar ensayos. Y me puse mayo como meta para el primer concierto.
¿Cuántos integrantes serán en un inicio?
Es un proceso, es imposible armar de golpe una orquesta grande en número. Queremos priorizar la calidad por encima de la cantidad.
¿Cómo se contratará a los músicos del nuevo conjunto?
En dos semanas esperamos abrir una audición por concurso. A otros músicos los vamos a invitar, porque conozco bien su nivel. El presupuesto es de cerca de la tercera parte respecto del de la OSG (que cuenta con USD 2 millones al año). Tenemos carta blanca para convocar a artistas ecuatorianos y extranjeros. Y el mundo es pequeño.