El Ministerio de Cultura envió una carta al Secretario de la Presidencia, en la que pide se revea la fusión del Ifaic y el Icca, anunciada como parte de la reducción del Estado. Fotos: Archivo/ EL COMERCIO.
El Instituto de Fomento de las Artes y Creatividades (Ifaic) y el Instituto de Cine y Creación Audiovisual (Icca), que son parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio, son dos de las instituciones que se fusionarán, según el anuncio que dio el Gobierno como parte de la reducción del Estado.
A criterio de Raúl Pérez Torres, ministro de esta Cartera de Estado, la fusión de estas instituciones, cuya creación consta en la Ley Orgánica de Cultura, es un error. “Solo una ley orgánica reformatoria o derogatoria podría eliminar a los institutos o fusionarlos”.
El escritor agrega que hay que tomar en cuenta que la Ley Orgánica de Cultura los creó con personería jurídica y con capacidad de gestión financiera y administrativa individual, es decir, como instituciones independientes la una respecto de la otra.
La referencia a la que alude Pérez Torres se sustenta en el artículo 24 de la Ley Orgánica de Cultura, donde se determina que dentro del Subsistema de las Artes e Innovación exista un Instituto de Fomento para las Artes, Innovación y Creatividad y un Instituto de Cine y Creación Audiovisual. A esto se suma el artículo 425 de la Constitución que señala, entre otras cosas, que las leyes orgánicas están en un orden jerárquico superior a los decretos y reglamentos.
Para Juan Martín Cueva, director de cine y catedrático, la fusión de estos institutos afectaría, más que al mundo del cine y el audiovisual, al mundo de las artes porque “significaría volver a un estado anterior a la Ley Orgánica de Cultura, que establece por primera vez una instancia pública técnica y especializada que se dedica al fomento de las artes”.
Cueva añade que con la fusión de estas instituciones, el fomento de las artes corre el riesgo de volver a realizarse a través de mecanismos informales y procesos poco transparentes, “donde prevalecería el clientelismo, que es lo que ha caracterizado a la gestión cultural que se hace en el país desde hace varias décadas”.
Para Ronald Verdesoto, director del Ifaic, el primer paso es que las autoridades analicen de manera profunda el sistema legal para aplicar esta fusión entre instituciones. “Hay que recalcar -dice- que estos institutos son brazos operativos o ejecutores del ente rector y que su creación responde al anhelo de los artistas y gestores del país por tener un orden dentro del sector”.
Verdesoto dice que el Ifaic y el Icca son instituciones que tienen un impacto económico bajo en relación con otras del Estado. Añade que la fusión significaría una reducción solo en los puestos jerárquicos superiores, que estaría bordeando los USD 200 000 al año.
Por su parte, para Ana Rosa Valdez, gestora cultural, la noticia de la fusión no ha tenido mayor repercusión en el sector cultural. Esto responde -dice- “a una falta de legitimidad del Ifaic entre los artistas y gestores culturales”. “Hay que recordar que hubo una denuncia por parte de los participantes para director del instituto, donde expresaron irregularidades en la designación de Ronald Verdesoto”, dice Valdez.
Ella añade que la ausencia de pronunciamientos por parte del sector también tiene que ver con la falta de involucramiento de los gestores culturales en la generación de las políticas públicas.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades del Ministerio esperaban la respuesta de la carta enviada a Eduardo Jurado, secretario general de la Presidencia, en la que rechazan esta fusión.