El documental ‘Las playas de Esmeraldas’ fue dirigido por Patrice Raynal y producido por Fabrice Marache. Foto: captura.
Patrice Raynal es un cineasta de origen francés que llegó a Ecuador para descubrir a través del lente de su cámara una paradójica realidad sobre la cultura afrodescendiente y que deja expuesta en ‘Las playas de Esmeraldas’. El documental se estrenó en la última edición del Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC).
El filme se inicia devolviendo a la memoria la figura de Jaime Hurtado, el líder político afroecuatoriano que sumaba seguidores con un llamado a “la unidad del pueblo”, como vía para superar la crisis durante el gobierno de Jamil Mahuad, y que fue asesinado al salir de la Asamblea Nacional.
Raynal apela a esa trágica figura pública para dar paso a un ensayo audiovisual, narrado en primera persona, en el que expone sus percepciones sobre la situación social, cultural e histórica de la comunidad afrodescendiente en el Ecuador, que también cuestiona sobre la representación política, el racismo y las formas de colonización contemporánea.
Con su cámara, el director y narrador se adentra en el disfrute alegre pero superficial de las fiestas de Carnaval, en Esmeraldas. Pero los momentos que parecen ser una afirmación de la herencia africana en la provincia esconden, según la tesis de Raynal, la verdadera situación de los afrodescendientes ecuatorianos.
Realidad atravesada por la historia de un territorio y una población que surge del esclavismo y que tiene a sus propios próceres y mártires.
El dirigente político Ernesto Estupiñán aparece frente a la cámara para afirmar la paradójica realidad de una provincia rica en recursos, pero con elevados índices de pobreza. “Un pueblo que sabe de dónde viene, puede decirse dónde está y hacia dónde va”, dice antes de que el filme entre en detalles sobre la historia del Reino Zambo, liderado por Alonso de Illescas.
Reconocido como héroe nacional en 1977, Illescas es una importante figura de las luchas libertarias en el país durante la Colonia. A partir de esta referencia, el filme emprende un viaje que sigue el rastro de la cultura afrodescendiente desde Esmeraldas, hasta los barrios marginales de Guayaquil, pasando por los asentamientos en El Chota.
Raynal acude a la memoria oral, testimonios y documentos, que recomponen un relato que ha sido excluido o minimizado en la historia oficial de los libros escolares, como deja sentado Juan García. Él, como personaje central del filme y uno de los miembros de la comunidad afrodescendiente, trabaja por mantener viva la memoria de sus antepasados y volver a poner en valor las raíces históricas, de las que nace la identidad de su cultura.