La llegada del covid-19 impulsó el consumo de suplementos. Los excesos causan caída del cabello, debilidad y vómito, entre otros. Foto: freepik.es
Ningún exceso es bueno para la salud y por eso resulta importante controlar la ingesta de complejos multivitamínicos de los grupos A, D, E y K.
A ese abuso se le conoce como hipervitaminosis, y de él pueden derivarse múltiples molestias y enfermedades, incluyendo trastornos hepáticos.
Todas esas son liposolubles y se almacenan en el tejido graso y en el riñón. Lo contrario ocurre con las hidrosolubles; el exceso se excreta por la orina, como en la vitamina C.
La hipervitaminosis de la A es responsable de la caída de cabello, tras la producción excesiva de grasa, misma que tapona los folículos, según lo explica Jenny Hernández, médica estética experta en el cuero cabelludo. El abuso de esta vitamina también está asociado con el deterioro de la salud ósea. Hay personas que además se marean y vomitan.
Este micronutriente abunda en la zanahoria, en aves de corral y en los productos lácteos. Por eso la necesidad de consumir lo justo para el buen funcionamiento del organismo.
La nutricionista Sara Rivera apunta que un hombre adulto requiere de 900 microgramos al día de vitamina A, mientras que a una mujer adulta se le recomienda la ingesta de hasta 700 microgramos. Esas cantidades se alcanzan manteniendo un plan de alimentación nutritivo y balanceado; las frutas y los vegetales son esenciales.
En esos productos se concentran también los antioxidantes, encargados de retardar el envejecimiento celular.
La intoxicación por cualquiera de esas vitaminas liposolubles sucede cuando se añaden suplementos a la dieta diaria sin la supervisión de un especialista.
Con dos ampollas de vitaminas E, por ejemplo, las personas tranquilamente pueden superar la dosis diaria recomendada. Pero ese compuesto también abunda en los aceites vegetales, en el huevo, en los cereales integrales y en frutos secos como las almendras y las nueces. Algunos de esos alimentos se consumen varias veces al día.
Para determinar la deficiencia -resalta Hernández- se requiere necesariamente de exámenes de laboratorio. En función de los resultados se modificará la dieta o se suministrarán multivitamínicos; sin exámenes -dice- es contraproducente visitar la farmacia y llenarse de pastillas y ampollas.
Esta experta cuenta que los casos de personas con hipervitaminosis aumentaron tras la emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus. Al inicio de la pandemia, una de las más consumidas fue la vitamina D. Esa generalmente se la obtiene a partir de la exposición al sol.
Tras permanecer dentro de casa la mayor parte del tiempo, la gente empezó a consumirla en forma de tabletas.
El exceso de vitamina D provoca hipercalcemia, que puede afectar gravemente a los tejidos blandos y a los riñones, según un informe publicado, en el 2017, por la Facultad de Medicina de la Universidad de la República de Montevideo, Uruguay. Según Hernández, también es responsable de la caída del cabello.
Las personas que exceden la dosis recomendada de esta vitamina también experimentan mareos, deshidratación y estreñimiento.
Y aunque no son vitaminas, también hay que prestar especial atención al consumo de minerales como el selenio y el zinc. El exceso también reduce las respuestas eficientes del sistema inmunológico, lo cual puede devenir en el mal funcionamiento de órganos.