Mermeladas y artesanías forman parte del menú de productos de Quilla Pacari. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO
La combinación de sabores poco usuales caracteriza las mermeladas que se producen en la comunidad San Francisco de Cunuguachay, ubicada a 20 minutos de Riobamba, en Chimborazo. 60 mujeres que integran la asociación Quilla Pacari las fabrican con los productos que cosechan en sus huertos orgánicos.
Ellas también cuentan con un centro turístico y ofertan artesanías elaboradas con lana de alpaca. La organización es parte del grupo de emprendimientos Ahuana, promovido por el párroco francés Pierrick Van Dorpe.
Con su emprendimiento, las mujeres esperan llegar a las cocinas gourmet y a los restaurantes de los hoteles de alta categoría. Es que la combinación de sabores andinos no solo es atractiva para los turistas, sino que tiene una alta potencialidad gastronómica.
La mermelada de zanahoria y frutilla, por ejemplo, es una de las más solicitadas. También hay otras mezclas que fusionan las zanahorias cosechadas en las faldas del volcán Chimborazo con guayaba, maracuyá y otras frutas exóticas que realzan los sabores.
“Ya tenemos un producto de alta calidad. Para desarrollarlo tuvimos el apoyo de varias instituciones, entre ellas, estudiantes de gastronomía que nos ayudaron a mejorar. Ahora solo necesitamos un mercado”, expuso Marcela Maji, presidenta de la organización.
El proyecto fue financiado por el Gobierno Australiano, y contó con el respaldo del Municipio de Riobamba. El lunes pasado, una delegación de la Embajada de Australia visitó la comunidad.
“Estamos felices porque vemos que la vida de estas personas está mejorando. Nuestra intención fue ayudarles a dar valor agregado a los productos que cosechan en sus huertas”, contó Drew Dainer , cónsul de la embajada australiana.
Ellos financiaron la compra de maquinarias para la elaboración de las mermeladas.
La Asociación también ofrece servicios turísticos. El menú incluye un tour agroecológico, que consiste en llevar a los turistas a las chacras familiares (sembríos) y compartir con ellos sus jornadas cotidianas.
También cuentan con un centro de alojamiento moderno y otro tradicional, con chozas construidas con técnicas puruhaes ancestrales. Allí los visitantes pueden convivir con la gente indígena del sector.
El paquete cuesta entre USD 12 y 15 diarios, e incluye comidas típicas del sector y una degustación de las mermeladas que se elaboran en la planta comunitaria.