Los cigarrillos electrónicos pueden salvar millones vidas, según expertos

50 expertos consideran que los cigarrillos electrónicos podrían ser una de las innovaciones de salud más significativas del siglo XXI. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

50 expertos consideran que los cigarrillos electrónicos podrían ser una de las innovaciones de salud más significativas del siglo XXI. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

50 expertos consideran que los cigarrillos electrónicos podrían ser una de las innovaciones de salud más significativas del siglo XXI. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Los cigarrillos electrónicos, también llamados 'eCig' o 'eCigar', tienen el potencial de salvar cientos de millones de vidas humanas, y por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe suspender sus controles y prohibiciones a ese tipo de inhaladores diseñados en origen para simular y sustituir el consumo de tabaco.

De acuerdo a una carta abierta firmada por más de 50 investigadores y especialistas, entre ellos el experto en temas de Salud el profesor británico Robert West, los cigarrillos electrónicos “serían las innovaciones de salud más significativas del siglo XXI”.

La coalición instó a la OMS, que este año prepara una serie de recomendaciones para los gobiernos acerca de los 'eCig', no imponer regulaciones a ese inhalador, del mismo modo que hizo con los cigarrillos convencionales.

“Estos productos serían las innovaciones de salud más significativas del siglo XXI, tal vez puedan salvar cientos de millones de vidas humanas”, indicó la misiva.

“Si los reguladores tratan a los productos de nicotina de bajo riesgo como los productos tradicionales de tabaco, estarán definiendo de forma inapropiada el problema. Los reguladores deberían evitar apoyar medidas que puedan tener el efecto perverso de prolongar el consumo de cigarrillos”, agregó.

Los firmantes, entre los que se encuentran expertos del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia de Atención (NICE) especializados en reducir el peligro del tabaquismo en Gran Bretaña, publicaron la carta tras acceder a un documento filtrado de la OMS que calificaba los cigarrillos electrónicos como “amenaza” para la salud humana.

Por su parte, un portavoz de la OMS afirmó a la BBC de Londres que el organismo mundial “está trabajando actualmente para establecer recomendaciones a los gobiernos sobre la regulación y la venta de los cigarrillos electrónicos y dispositivos similares”.

“Esto es parte de un documento que será presentado a final del año a las partes en el marco de la Convención de la OMS para el control del tabaquismo. También estamos trabajando con organismos reguladores nacionales y con expertos en toxicología para evaluar opciones de regulación, con el fin de entender más acerca del posible impacto a la salud humana de los inhaladores electrónicos y dispositivos similares”, continuó.

Una investigación científica publicada la semana pasada por el profesor West y su equipo del University College London concluyó que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a mejorar hasta en un 60% el índice de personas que deja de fumar cigarrillos convencionales, comparado con parches de nicotina o chicles anti-tabaco.

Sin embargo, los detractores sostienen que aún no se sabe suficiente acerca de los posibles efectos a largo plazo para la salud de los vaporizadores electrónicos.

Además, afirman que provoca dependencia a la nicotina, problemas cardiovasculares y respiratorios similares al tabaco, que su eficacia como tratamiento contra el tabaquismo está sin demostrar y que el vapor puede perjudicar también a las personas del entorno.

Los críticos también alegan que los cigarrillos electrónicos podrían suponer una vía de entrada al tabaquismo por parte de los jóvenes.

Dichos dispositivos utilizan una resistencia y batería de pequeño tamaño para calentar y vaporizar una solución líquida, la cual puede liberar nicotina o incluir solamente aromas.

En términos generales, su diseño suele imitar los cigarrillos, puros o pipas o bien tiene un aspecto totalmente diferente que no recuerda en absoluto a los cigarrillos de tabaco, como sucede con muchos de los dispositivos más modernos.

Los cigarrillos electrónicos están prohibidos en un número de países, entre ellos Argentina, Australia, Grecia, Brasil, Lituania, México, Panamá, Singapur y Uruguay.

Se los considera legalmente similares a un medicamento, como los parches de nicotina, en Austria, Alemania, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Hungría, Países Bajos, Reino Unido, Rumania y Suecia.

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