Científicos advierten del impacto medioambiental del muro de Trump

Según científicos y organizaciones ambientalistas, la construcción de un muro en la frontera entre México y EE.UU. supone un peligo para la biodiversidad de la zona. Foto: EFE.

Según científicos y organizaciones ambientalistas, la construcción de un muro en la frontera entre México y EE.UU. supone un peligo para la biodiversidad de la zona. Foto: EFE.

Según científicos y organizaciones ambientalistas, la construcción de un muro en la frontera entre México y EE.UU. supone un peligo para la biodiversidad de la zona. Foto: EFE.

Científicos y organizaciones ambientalistas advierten de los peligros que supone para la biodiversidad de la frontera entre México y Estados Unidos el muro propuesto por el presidente de EE.UU., Donald Trump, que puede tener efectos "devastadores" para numerosas especies animales y vegetales.

"Nuestras investigaciones muestran que la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México afectaría de manera muy negativa a la biodiversidad única de la región, tanto por cortar en seco las rutas de muchas especies que viven allí como por la alta contaminación que supondría su levantamiento", declaró Tim Keitt, profesor del Departamento de Biología Integradora de la Universidad de Texas (UT).

El científico aseguró además que el impacto del cambio climático en regiones del norte mexicano está obligando a cuantiosas especies a migrar hacia Estados Unidos, movimientos que se verían interrumpidos con el muro ideado por Trump, que hipotéticamente ocuparía toda la frontera común.

La divisoria entre los dos países se extiende 3 142 kilómetros y cuenta con diferentes tipos de terrenos, desde zonas desérticas hasta el entorno del Río Bravo.

El Valle del Río Bravo fue clasificado por el Servicio de Pesca y Vida Salvaje (FWS, en inglés) de Estados Unidos como una de las áreas con más biodiversidad dentro del territorio estadounidense y como uno de los ecosistemas más amenazados de América del Norte.

Según la directora adjunta de la asociación La Conservación Natural (TNC, por sus siglas en inglés) de Texas, Vanessa Martin, esta zona incluye una "excepcional diversidad" de plantas y animales, algunos de los cuales no se encuentran en ningún otro lugar del territorio estadounidense.

"Gran parte de los hábitats ribereños y terrestres nativos únicos del valle han sido fragmentados o destruidos por la acción humana, por culpa de actividades como la agricultura, la expansión de ciudades y pueblos y la creciente presión del sector energético y de la seguridad fronteriza", lamentó la científica.

Algunas de las especies que se encuentran actualmente en peligro de extinción en esta zona fronteriza con los estados mexicanos de Tamaulipas y Nuevo León son el ocelote, el halcón aplomado y el yaguarundí, pariente próximo del puma.

Sobre esta área, la Asociación de Vida Salvaje de Texas (TWA, en inglés) denunció en un documento enviado que una pared supondría "una condena" también para la propiedad privada e interrumpiría el acceso al agua del Río Bravo a propietarios y al ganado, además de a los animales salvajes.

TWA señaló que es "lógico" que existan barreras físicas en lugares estratégicos, como en las área metropolitanas, pero instó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) a desarrollar y utilizar otros métodos que no sean barreras físicas en lugares en que puedan perjudicar a la biodiversidad de la zona.

En el territorio conocido como el lejano oeste de Texas, una región que comparte una extensa frontera con los estados de México de Chihuahua y Coahuila, variedades como el oso negro, el gato montés, el león de montaña y el ciervo mulo, entre otras, podrían extinguirse en caso de que finalmente se levantase el muro completo.

Hasta ahora, más de mil kilómetros del linde cuentan con una serie de vallas, cercas y muros, de diferentes estructuras y alturas, que según apuntan los científicos "fragmentan el hábitat vital en esta área y cortan un corredor importante de migración de la fauna".

Sin embargo, Trump aseguró que su muro ocuparía toda la frontera, es decir, unos dos mil kilómetros más.

Los investigadores recordaron en este sentido que la supervivencia de una especie depende de su capacidad para desplazarse para encontrar alimento, buscar protección para salvarse de los depredadores, criar a sus hijos y encontrar compañeros sexuales con los que procrear.

"Si queremos evitar la extinción de las especies únicas de esta región, debemos proteger, restaurar y conectar lo poco que queda de hábitat, no destruirlo", aseveró Martin.

Ambientalistas y grupos de conservación indicaron que la valla fronteriza comprometió los esfuerzos del Gobierno federal para proteger a las especies vulnerables, enfrentando al Departamento de Seguridad Nacional, encargado de evitar la entrada de indocumentados, con el Servicio de Pesca y Vida Salvaje.

El portavoz de esta última agencia, Gavin Shire, dijo que cualquier evaluación de los impactos potenciales de un muro fronterizo en la vida silvestre en peligro se haría a través del proceso formal de consulta bajo la Ley de Especies Amenazadas.

"En este momento no hemos recibido una solicitud de tal consulta de ningún departamento y no haremos evaluaciones especulativas fuera de ese proceso", afirmó Shire.

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