María Luisa González promueve el trabajo escénico a través de redes sociales. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Lo que se dice: “La cultura no es una prioridad”. Lo que no se dice: “La cultura es prioridad porque define qué y cómo producimos y consumimos. Crea y recrea constantemente mundos posibles que dan sentido a la vida individual y colectiva, y punto”. Con estas dos frases estampadas en una viñeta de colores pasteles en la que también se lee #ElArteEsTambiénTrabajo comenzó, hace unas semanas, una campaña en redes sociales que busca impulsar las reflexiones sobre la importancia del trabajo que realizan las que son parte del sector cultural.
En la iniciativa trabajó un puñado de gestores culturales, entre ellos Mariana Andrade, del cine OchoyMedio. Ella explica que la campaña surgió a partir de los comentarios que la gente hizo después del anuncio del ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, sobre la creación de un programa para ayudar a las personas del sector cultural durante la emergencia sanitaria.
A criterio de Andrade, las respuestas de la gente mostraron su desconocimiento sobre el trabajo que realizan los artistas y gestores culturales y la vulnerabilidad de la que son parte durante esta crisis sanitaria.
“Las viñetas que circulan por redes sociales fueron pensadas como una apuesta pedagógica para que las personas se informen sobre el tema”.
Las reflexiones sobre el valor del trabajo de los artistas también han tenido eco internacional. La semana pasada, Ernesto Ottone, subdirector General de Cultura de la Unesco, señaló que el covid-19 ha puesto en evidencia la indispensabilidad de la cultura para las comunidades. “En este momento, en el que millones de personas se encuentran físicamente aisladas unas de otras, la cultura nos ha unido y nos ha servido de apoyo durante este período de ansiedad e incertidumbre”.
Otra de las personas que está impulsado esta campaña es Gabriela Montalvo. Esta economista y gestora cultural cuenta que entre los comentarios que más le sorprendieron estaban los que hacían referencia al arte como una actividad suntuaria, innecesaria y prescindible. “Nos dimos cuenta que las personas creen que detrás del libro, serie, canción o película que les está acompañando durante esta crisis no existe un trabajo y un grupo de personas que son tan vulnerables como ellos”.
Mientras que en el país las críticas por el apoyo gubernamental a los trabajadores del sector cultural no han parado, en países como Alemania sus autoridades han decidido considerar a los productos culturales como bienes de primera necesidad. En una de sus últimas intervenciones la ministra de Cultura Monika Grütters señaló que hay que reconocer que la cultura no es lujo.
Por su parte, María Luisa González, una artista escénica con más de 40 años de trayectoria, sostiene que las reacciones de rechazo no han sido solo hacia la iniciativa del Ministerio de Cultura, sino “al tratamiento paternalista, coyuntural y de precario presupuesto, que en nada resuelven los problemas históricamente postergados del sector cultural”, como indica la bailarina.