La cachorra fue rescatada en El Carmen (Manabí). Su madre huyó tras un desbroce de bosque para el desarrollo de sembríos. Foto: Facebook/ Andrés Ortega.
Es más pequeña que una mano. La cachorra de tigrillo tiene aproximadamente dos o tres semanas de vida, según la doctora Carolina Saenz, subdirectora médica del Hospital Docente de Especialidades Veterinarias de la Universidad San Francisco de Quito.
La especialista contó que el Ministerio del Ambiente llevó al animal a sus instalaciones para que sea atendido por personal especializado en fauna silvestre.
La cachorra fue rescatada en la zona de El Carmen (Manabí). “Fue encontrada abandonada luego de que su madre huyera tras un desbroce de bosque para desarrollar sembríos“, señaló Andrés Ortega, director del Fondo Ayuda para la Fauna Silvestre- Tueri del centro de educación superior
Luego de un chequeo exhaustivo del personal del hospital, se determinó que la cachorra se encuentra en buen estado de salud y no presenta ninguna enfermedad hasta el momento. “Al ser un neonato es delicado porque no sabemos cómo reaccionará al no estar con su madre”, señaló Saenz, encargada del cuidado del animal.
El tratamiento y cuidado que se le brindará duraría aproximadamente tres meses, hasta que aprenda a comer sola. Una de las preocupaciones de los veterinarios es que desarrolle problemas digestivos debido a que la leche que se le administra no es la misma que proviene de su madre. Luego de esto se analizará la posibilidad de liberarla o trasladarla a un centro de rescate.
Este caso se suma a los casi 2 000 que Tueri ha atendido en cuatro años desde su creación. De ellos, apenas una cuarta parte ha podido ser devuelta a su hábitat natural. Esto por las secuelas que no pudieron ser superadas por los animales.