Las familias de la comunidad empezaron el cultivo de cacao en el 2012 y la semana pasada obtuvieron la certificación. Foto: cortesía Alejandro Janeta /WWF Ecuador
El cultivo de cacao sostenible se ha convertido en una fuente de ingresos para la comunidad de Zancudo Cocha, ubicada en la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, en la Amazonía ecuatoriana. La semana pasada, los habitantes de este lugar obtuvieron la certificación orgánica, la cual permite la comercialización de sus productos en nuevos mercados y a precios más altos.
La comunidad empezó a cultivar cacao desde el año 2012 con la idea de tener una alternativa de ingresos, que además fuera respetuosa con el ecosistema.
Rafael Yunda, oficial de Bosques y Agua Dulce del Fondo Mundial de la Naturaleza en Ecuador (WWF), explica que el cacao se cultiva en sistemas agroforestales.
Esto permite que se mantenga la vegetación del bosque amazónico en las parcelas de cacao, a diferencia de otros monocultivos que necesitan un terreno 100% limpio. Esta actividad también evita que las personas se dediquen a otras labores como la ganadería, el tráfico de madera y la venta de especies de fauna nativa. Además de afectar a los ecosistemas, muchas de estas prácticas son ilegales ya que la comunidad kichwa se encuentra dentro de un área protegida.
Yunda explica que la comunidad está compuesta por 32 familias. De estas, 28 tienen sus propias parcelas de cacao. Después de sembrar y cosechar el cacao, las familias lo venden a la asociación de cacaoteros de la comunidad. Todos los productores son también miembros de la asociación. Esta se encarga del proceso que viene después de la cosecha y de la comercialización del producto.
La asociación vende el producto a la empresa Pacari, quienes, a través de WWF, han apoyado a la comunidad en la obtención de la certificación. Según WWF, el proceso formal para obtener este reconocimiento se inició hace alrededor de un año, aunque la comunidad ya se estaba preparando desde hace tres años para alcanzar este objetivo.
Los habitantes de esta zona tuvieron que aprender varias prácticas como el manejo de plagas sin pesticidas y tener los suelos libres de sustancias no permitidas. Saúl Tangoy, socio de la comuna Zancudo Cocha y encargado del monitoreo local de las parcelas de producción de cacao, explica que ha sido un proceso largo, pero la recompensa es que ahora pueden promocionar este “producto único” en los mercados nacionales y extranjeros. Además, otro de los atractivos de este cacao es que es originario de un área protegida de la Amazonía.
Para empezar con el proyecto, los habitantes de la comunidad tuvieron que crear sus viveros con la tierra de sus fincas. De esta forma, dice Tangoy, se aseguraron de que no tuviera algún tipo de químico. Durante la evaluación, se hizo una revisión de las parcelas de cacao y de la etapa poscosecha, que incluye una auditoría del lugar donde se fermenta y se seca el cacao. El reto ahora es mantener la certificación, la cual debe ser renovada cada año.
Tangoy dice que esta es una alternativa que permitirá conservar el territorio y proteger a las especies que habitan en esta zona.