En el show estarán varios artistas invitados para resonar la música cubana. Foto: cortesía Buena Vista Social Club.
Embajadores de la música cubana, los protagonistas de la orquesta de guajira y son cubano Buena Vista Social Club dedicaron su obra artística a cimentar el patrimonio musical, que brotó en el corazón de La Habana. Después de 20 años de recorrido, el conjunto decidió despedirse de los escenarios con su gira internacional Adiós, que también llegará a Quito, el próximo miércoles 23 de mayo del 2018 .
El público capitalino disfrutará de los éxitos emblemáticos del grupo, que resonarán en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
En diálogo con EL COMERCIO, Barbarito Torres, laudista y fundador de Buena Vista Social Club, recuerda los primeros pasos de la agrupación y se confiesa emocionado por visitar la capital.
Aunque el álbum ‘Buena Vista Social Club’ vio la luz en 1997, para entender el origen del conjunto es necesario retroceder cinco décadas e introducirse en la vieja Cuba.
La historia va así: en 1938 se levantó un club social, en el barrio Buena Vista. “Era un punto de encuentro donde retumbaban las melodías, los juegos de cartas protagonizaban las veladas y la juventud del momento se tomaba la ciudad”, cuenta Torres. En el lugar habitó la música popular, la de las calles, la que hacía de Cuba una tierra de sonidos.
Personajes legendarios como Félix Chappotín, el trío Matamoros, Pedrito Calvo, Rubén González, Compay Segundo y Cachao López, que hicieron de la música una fuerza colectiva. Un danzón instrumental, compuesto por López y presentado en el mítico club, le daría nombre al conjunto décadas después, según lo afirma el intérprete.
Para 1996, el guitarrista estadounidense Ry Cooder emprendió un viaje hacia La Habana en busca de varios artistas africanos para grabar un álbum. No lo logró. Sin embargo, su conexión con el afamado productor cubano Juan de Marcos González le permitió conocer sobre la leyenda musical que se había forjado 50 años antes.
Decidió rastrear a los músicos de una forma particular: en las calles de capital cubana. Encontró a Compay Segundo que tenía 90 años, al cantante Ibrahim Ferrer, a la artista Omara Portuondo, a Eliades Ochoa, Rubén González, Manuel Guajiro, Orlando ‘Cachaito’ López, Manuel Licea y Barbarito Torres.
“El proyecto no hubiese sido igual sin la figura de Juan de Marcos, quien nos acercó a Cooder y con la discográfica que proyectaba la grabación del disco. Siento que con nuestra música rescatamos el sonido de la época a través de los grandes clásicos cubanos. Está plagada de influencias de ritmos africanos, caribeños, el jazz, incluso del chanson francés”, asegura el laudista.
La comunión sonora de los artistas resultó en el álbum ‘Buena Vista Social Club’, que se lanzó en 1997 y pronto ubicó a Cuba en un lugar privilegiado dentro del panorama de la música internacional. Vendió más de ocho millones de copias a escala mundial y ganó un premio Grammy como Mejor Álbum de Música Tradicional, en 1998.
“Ninguno sabía lo que sucedería después de las grabaciones y dos únicos conciertos que presentamos. El éxito nos sorprendió a todos, por el enorme cariño del público y la aceptación del sonido cubano”, asegura Torres.
Cada canción retrata una memoria visionada por los músicos, como la insigne Chan Chan, compuesta por Compay Segundo, El Cuarto de Tula o Veinte años. “Haremos un especial homenaje a los miembros del grupo que ya no están con nosotros”, sostiene.
Ante el fallecimiento de la mayoría de fundadores del conjunto original, Barbarito cuenta que se incorporaron músicos como Rolando Luna y Guajirito Mirabal. Rememora esos 20 años de trayectoria que le han sumado miles de anécdotas dignas de imprimirse en un libro, risas permanentes y la firme convicción de mostrar su música.