Zoé ha sido una de las pocas bandas de rock provenientes de México en haber editado un concierto en vivo para el show ‘World Stage’, de la cadena estadounidense MTV. Foto: Wikicommons
México ha exportado rock desde finales de los 80. De los ‘antros’ del D.F., Monterrey, Guadalajara o Tijuana han llegado sonidos con la firma del tequila hasta las radios más comerciales de Latinoamérica. Sin embargo, hoy los actos de rock con apertura mediática procedentes de tales tierras se cuentan con los dedos de una mano.
Zoé es uno de ellos. Cabe recordar que su música llegó a Ecuador antes de dar su primer concierto en octubre del 2011. Fue recién en el 2008 que las radios empezaron a programar el sencillo Nada. El mismo se convirtió en un éxito no solo aquí sino en toda la región.
A partir de entonces, la banda se ha consolidado -junto con Panda– en un vestigio de lo que fuera alguna vez el ‘boom’ del rock mexicano en los 90. Se puede graficar claramente esta realidad al hacer un poco de memoria sobre lo que sonaba en el dial cuando Zoé se formó en 1995. Entonces, Café Tacvba había conquistado el continente con el disco ‘Re’ un año antes. Uno después, hizo lo propio Control Machete con ‘Mucho Barato’ y no mucho más tarde, en 1997, Molotov confirmaba la explosión con ‘¿Dónde jugarán las niñas?’.
En cambio, cuando el sonado sencillo Nada del disco ‘Reptilectric’ (2008) llegó a Sudamérica, desde México sonaban con más fuerza los trabajos pop de RBD, Julieta Venegas o Belanova antes que bandas de rock -aparte de Panda lo más cercano al rock en lo ‘mainstream’ era Moderatto-.
Esto no quiere decir que no se siga produciendo rock en México en el siglo XXI ni que Zoé sea -parafraseando a la película- el último de los roqueros. Simplemente, las ondas radiales y medios masivos en general ya no cuentan en sus parrillas con estos actos.
De hecho, los propios Zoé no encontraron mayor cabida en estos espacios fuera de su país sino hasta después de su cuarto álbum de estudio. Lo interesante es que a diferencia de sus antecesores, a Zoé no le importó incorporar en su sonido la mexicanidad. De hecho, desde sus inicios el grupo parecía haber salido de Londres antes que del Distrito Federal.
De alguna forma, Zoé se convirtió en la antítesis del ‘boom’. Al inicio su acercamiento a lo inglés -incluso en las letras- les llenó de opositores que hasta ahora usan ese argumento en su contra. Sin embargo, eso eventualmente los catalizó en solitario cuando bandas como Fobia, Maldita Vecindad, Jaguares o Plastilina Mosh empezaron a perder terreno ‘mainstream’ en el nuevo milenio.
No obstante, también es preciso decir que no solo Zoé siguió un camino en contravía al del ‘boom’. La única diferencia es que las propuestas de grupos como Descartes a Kant, Le Bucherettes, The Funerals, Austin TV o Kinky no han tenido la misma apertura en los medios masivos como lo han tenido los liderados por León Larregui.
La movida mexicana actual, una que existe en paralelo a la visible trayectoria de Zoé, se caracteriza por una independencia entendida en la proliferación de sellos disqueros ajenos a las multinacionales. En ese contexto, la mejor arma para difundir bandas, antes que las radios, ha sido la Internet.
Zoé es la punta de un iceberg. Si bien pareciera desolador que solo una pizca de grupos de rock se mantuvieran a flote en la corriente principal, el rock mexicano aún guarda muchas sorpresas debajo de la superficie. De hecho, existen grupos como Rodrigo y Gabriela, Amduscia o Hello Seahorse!, que en sus diferentes nichos (acústico, aggrotech, alternativo, respectivamente) han logrado reconocimiento fuera del continente americano pese a su estatus de independencia.