Parte de uno de los afiches de promoción de la obra de microteatro ‘El santo prepucio’, protagonizada por las actrices Belén Hidrovo y Prisca Bustamante. Foto: Cortesía Pop Up.
Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil, agradeció a la feligresía las “acciones emprendidas de manera oportuna” en contra del montaje de la obra de microteatro ‘El santo prepucio’, una movilización que la noche de este jueves 11 de enero provocó la clausura del Pop Up Teatro Café de Samborondón.
La protesta de grupos de católicos a las afueras del local en el kilómetro 1,5 de la avenida Samborondón, quienes reclamaron por una supuesta blasfemia y burla de la obra, provocó que la Comisaría Segunda de Samborondón decidiera clausurar la sala, aduciendo que contaba con permiso como cafetería, pero no como teatro.
“Con seguridad, las reacciones de protesta por la clausura no se harán esperar. Sin embargo hay que mantener una posición clara y firme en defensa de los valores éticos y espirituales”, apuntó la mañana de este viernes 12 de enero del 2018 Cabrera, en un comunicado.
Según el Arzobispo la libertad de expresión implica respeto a la “justicia (los derechos de los otros) y la verdad”, y la obra atenta contra la doctrina y simbología de la fe católica. “La libertad de expresión no es una carta abierta para denigrar y burlarse del otro”, acuñó.
En tanto, Julián Quintanilla, coautor español de la obra; y Prisca Bustamante, una de las protagonistas del montaje guayaquileño, defendieron la pieza como una comedia humanista acerca de la fe, la necesidad de ella, pero también sobre como se aprovechan de la fe personas inescrupulosas. Ambos describieron al santo prepucio –repliegue de la piel del pene de Jesús- como un invento de la Iglesia Católica para hacer dinero.
Quintanilla reconoció en Facebook que la pieza crítica a una parte de la Iglesia Católica –recordó que “los curas violan niños”-, pero dijo que escribió la obra “en defensa de la verdadera fe”.
La obra de microteatro cuenta la historia de una madre superiora (Prisca Bustamante) y una monja novicia (Belén Hidrovo) que buscan salvar un convento de la pobreza a partir del misterioso hallazgo del santo prepucio de Jesucristo, una de las muchas presuntas reliquias asociadas con Jesús.
‘El santo prepucio’, escrita por los españoles Chascas y Quintanilla, estuvo en cartelera en la sala Pop Up Teatro Café de Urdesa en marzo de 2017 sin incidentes.
En Samborondón la pieza comenzó a exhibirse el miércoles 10 de enero y tenía previsto permanecer en cartelera por un mes, hasta el 4 de febrero. La pieza de 15 minutos la protagonizan Belén Hidrovo y Prisca Bustamante, con dirección de Ricardo Velasteguí, quien además es director de Pop Up.
“Quizás consideraron ofensivo el afiche y el título, pero no han visto la obra”, indicó Bustamante. “Si miran la obra se darán cuenta de que sí hay un chorizo (en el afiche) es porque como la madre superiora que interpreto, tengo que darle de comer a cien monjas, solo tengo ese chorizo y me quiero inventar algo para atraer a feligreses…”.
Bustamante indicó que la Comisaría actúo en la clausura por presión de los moradores que llegaron hasta el lugar. “Fue un circo, las personas que protestaban maldecían a quienes estaban en la puerta. Me asusté porque casi rompen una puerta de vidrio y no se fueron hasta ver clausurado el local y hasta que nos sacaron a todos”, contó la actriz.
Según personal administrativo, el Pop Up de Samborondón cuenta con permiso de cafetería, pero con una observación municipal especial para montar obras de teatro de pequeño formato. La clausura afectó además la puesta en escena de otras dos obras y perjudica a una veintena de trabajadores, además que afecta la inversión en tiempo, vestuario y en escenografía de tres grupos de actores.