La escritora Aurora Estrada i Ayala también se dedicó a la docencia y a la política. Foto: auroraestrada.com
Con la publicación de ‘El hombre que pasa’, una antología poética de la obra de la escritora guayaquileña Aurora Estrada i Ayala, las nuevas generaciones de lectores tienen la oportunidad de acercarse a la obra de una de las autoras locales más potentes del siglo XX.
Este libro que es parte de la Colección El almuerzo del solitario, presentado por el Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), coincide con la conmemoración de los cincuenta años de la muerte de Estrada i Ayala, quien vivió entre 1903 y 1967.
Como cuenta la catedrática Rosario A’Lmea, en el prólogo de este libro, la creación literaria fue la primera preocupación de esta autora a lo largo de su vida. Una existencia matizada por su trabajo como educadora y como política.
Esta antología empieza con una selección de poemas de ‘Como el incienso’ (1925), un libro que incluye poemas como ‘Avatar’, ‘Luna hermana’, ‘El poema del árbol’ y ‘El hombre que pasa’, uno de sus poemas más antologados y que según A’Lmea sintetiza la reflexión sobre la existencia humana “tanto en su voz intimista como en lo social”.
Es como un joven dios de la selva fragante/ este hombre hermoso i rudo que va por el sendero/ en su carne morena se adivina pujante/de fuerza y de alegría un mágico venero.
En 1943 publicó ‘Tiniebla’ un homenaje póstumo a su madre, que incluye textos como ‘I Treno’ y ‘Canción de Luna’. Por esos años, Estrada i Ayala encontró en las revistas literarias un espacio para dar a conocer su trabajo y el de otras mujeres escritoras, con esa intención fundó la revista Proteo.
En ‘El hombre que pasa’ también se incluyen poemas de textos inéditos como ‘Nuestro canto’, ‘Cometas al viento’, ‘Hora Cero’ y ‘Factum’. Dentro de la colección titulada ‘Poesía dispersa’ se incluyen textos publicados para colegios, textos que fueron disertados en homenajes a dignidades o conmemoraciones de fechas cívicas, de cuadernos de notas y de cartas personales.
Dentro de las temáticas que aborda Estrada i Ayala en su producción literaria, A’Lmea destaca sus reflexiones sobre el cosmos, la naturaleza y la vida. “En ‘Bajo la mirada de Dios’ -dice- su preocupación está en constituir la voz reflexiva con una intención de política frente a su cuerpo, cuestión que discutía el canon de la época sobre la escritura femenina”.
En el tercer verso de ‘Yo soi…’ Estrada i Ayala escribe: Mui pálida, mui leve, resignada i doliente/con mi carga de sueños voi cruzando la senda./Vivo mi propia vida y dejo indiferente/que piensen lo que quieran i que nadie me entienda.
En estos textos la voz poética que crea la autora marca una ruptura con la producción literaria de los años 20 en el país. Estrada i Ayala se muestra -dice A’Lmea- “como un ser humano deseante, productora de un conocimiento y con facultad reflexiva”.
A estas reflexiones se suman otras como el dolor o su preocupación por el futuro de la niñez y la juventud y la nostalgia por el tiempo pasado. Una de las improntas de la escritura de esta autora está atravesado por el uso de la i latina en palabras en las que se utiliza la y griega. Para A’Lmea este cambio se realiza de forma especial en las palabras en las que ella desea plasmar una carga afectiva y de esencia.
‘El hombre que pasa’ también funciona como una entrada para hurgar en la producción literaria de otros autores que han sido olvidados por el canon y la crítica literaria. Relecturas que en el caso de Aurora Estrada i Ayala resultan imprescindibles.