La imagen de Jack, un perro de raza Labrador, que deambulaba con el cráneo destrozado, causó conmoción en la ciudad de Ibarra, provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador. El caso de crueldad contra un animal, fue denunciado por el Municipio de Ibarra, en el Juzgado I de lo Penal de Imbabura.
Al can se le aplicó la eutanasia (muerte provocada), el 12 de noviembre del 2015. Así lo recomendó el médico veterinario Jimmy Jurado al ver que el Labrador, de pelaje dorado, tenía pocas posibilidades de vida.
Pablo Torres, comisario municipal, aún recuerda la imagen del perro, que aún vivo, tenía un olor putrefacto y dos orificio en la cabeza, que permitía ver los huesos y a miles de larvas devoraban el cerebro. “Es el asunto más terrible al respecto que he tenido que manejar en los últimos dos años que estoy en el cargo”, comenta.
Todo comenzó con una denuncia que presentó Wladimir Ortega, presidente del barrio Cruz Verde, de la capital de Imbabura, en la Comisaría Municipal. El dirigente aseguró que Jack, de propiedad de una vecina, mostraba huella de haber sido salvajemente agredido.
Inmediatamente Torres junto a Claudio Vaca, encargado de la Gestión de Fauna Urbana del Municipio local, fueron hasta la casa de Ortega. En ese sitio se había refugiado el can, posiblemente tras lograr escapar de la casa de su dueña.
El sabueso fue trasladado a la Clínica Veterinaria Municipal. Sin embargo, el doctor Jurado determinó el perro presentaba una miasis, como se denomina a la enfermedad causada por las larvas de mosca que afectan los tejidos y órganos.
Jack, el perro Labrador que fue sacrificado por tener graves heridas en su cabeza. Foto: Cortesía de la Comisaría Municipal de Ibarra
La noticia sobre la suerte del animal causó la reacción de la ciudadanía y de los activistas de defensa de los perros. Las autoridades municipales dieron con el paradero de Janeth Patricia S,. quien reconoció ser propietaria de Jack. Pero aseguró desconocer las causas de las heridas del animal. Lo único que señaló es que el cachorro se escapaba de la vivienda continuamente y que apareció con la herida en el cráneo el 2 de noviembre pasado. También dijo que no le hizo atender porque no tenía los USD 30 para la curación.
Tras una indagación al lugar en donde vivía Jack, los técnicos del Gestión de Fauna Urbana del Municipio sospecharon que la cabeza del can pudo haber sido destrozado con una barra de hierro que encontraron en el lugar.
El 20 de noviembre último, luego de haber evadido dos citaciones, Janeth Patricia S. fue procesada. La Comisaría Municipal le sentenció a pagar USD 238 de multa, por haber faltado a la Ordenanza de Manejo Responsable de Animales, que rige en Ibarra desde el 2012.
Sin embargo, el caso también se juzgará a nivel penal, por la gravedad y la conmoción social que ha causado, explica Torres.
Aunque la agresión contra Jack es la más grave, el Comisario Municipal comenta que no es el único. “Nosotros recibimos todos los días denuncias sobre animales maltratados. La mayoría son casos de perros que son abandonados, por estar viejos o enfermos. A otros no les dan de comer. Les tienen encerrados. Les lanzan a las quebradas o les amarran en casas abandonadas”.