En las calles Ruiz de Castilla y Lorenzo Aldana, en el barrio de Las Casas se está gestando un nuevo sector gastronómico. Un barrio residencial, familiar y amigable fue el espacio idóneo que encontró Junior Córdova cuando abrió el restaurante Shibumi hace dos años
Su objetivo no era solo ofrecer cocina asiática con la especialidad del sushi elaborado con productos ecuatorianos -que es lo que caracteriza a su local – sino también que el público pueda obtener variedad de oferta gastronómica en otros puntos de la ciudad que descentralicen y amplíen los focos principales como La Floresta.
Otro de los atractivos del sector, señala Córdova, fue la accesibilidad de la renta. “El nivel de gasto es menor y eso ayuda bastante sobre todo a los emprendimientos independientes”, dice sobre los espacios que bordean los USD 400 y USD 500.
Junior Córdova elabora un rollo de sushi con nibs de cacao ecuatoriano. Foto: Galo Paguay/ SABORES.
A pesar de haber sido el único restaurante del sector cuando inició, sus comensales llegaron por recomendación del boca a boca, logrando incluso atraer una clientela extranjera y local que lo ha posicionado como el restaurante número uno en el listado de Trip Advisor de restaurantes en Quito.
Para Córdova, el trato personalizado que se logra en estos espacios es lo que marca la diferencia. El mismo chef presenta los rollos a los comensales y explica el trabajo que llevan los ingredientes, en un restaurante pequeño que simula las barras de sushi japonesas.
Poco a poco se han ido sumando propuestas culinarias en Las Casas que tratan de no irrumpir con la tranquilidad del barrio. Pero que juntas han creado un ambiente donde la buena cocina es lo que manda y existe variedad para todos los gustos.
Frente a Shibumi se inauguró hace apenas dos semanas el restaurante Quitu Identidad Culinaria. Un local que busca generar experiencias a través de sus platillos. Sebastián Samaniego, chef del lugar, cuenta que el restaurante juega con los sabores para darle la vuelta a los platos cambiando la perspectiva de los ingredientes. Así se resaltan postres como la caca de perro en helado, los cebiches en jugos cítricos frutales o el cochinillo y maíz de selva alegre que mezcla mote sucio, chulpi, morocho y cebolla caramelizada.
Sebastián Samaniego prepara el cochinillo con maíz de selva alegre. Foto: Galo Paguay/ SABORES.
La cocina abierta del lugar y la disposición de los ingredientes en estantes dentro y fuera del restaurante muestra que la premisa de los platillos es el respeto por los ingredientes que incluye la pesca del día desde Manabí y carnes de ganado orgánico de Esmeraldas. Un menú que recoge los productos ecuatorianos y quiere realzar sus sabores y acercarlos al paladar de los comensales.
María La Panadería pone al alcance de la mano los panes artesanales, creativos e innovadores. La asociación de Ana Villota y Andrés Yeardly dio como resultado un establecimiento que utiliza masas madres para dar mayor calidad al pan. Es un restaurante donde los panes más populares se mantienen a la orden del día, y un espacio en que los chefs combinan nuevas recetas cada día para ofrecer variedad sin químicos ni preservantes, un pan saludable.
Ana Villota coloca pan artesanal en el mostrador de María La Panadería. Foto: Galo Paguay/ SABORES.
Entre los panes de sal que se ha popularizado más entre sus clientes están el de aceitunas y el de tocino. Mientras que el pan de mandarina es el favorito de los panes dulces. Ambos chefs coinciden en que darle vida al sector a través de la comida ayuda a diversificar las zonas culinarias.
En cuanto a carnes, Jhonny Be Good apareció como una propuesta de parrilla que no deja de lado a los vegetarianos con opciones como pinchos o hamburguesas de lenteja. Sin embargo, su fuerte es la carne, un menú que se presenta como un espacio para reunirse entre amigos y pasarla bien. Sus platillos rondan entre hamburguesas estadounidenses, costillas y guarniciones como choclos asados y bebidas elaboradas en casa.
El restaurante Johnny Be Good busca un ambiente familiar para sus comensales. Foto: Galo Paguay/ SABORES.
El restaurante lleva cinco semanas en actividades y para Jhonny Tamayo, propietario, el sector requería de una comida que además de llamar por su buena condimentación llame por el ambiente puesto que su gran clientela se radica en las familias.
La oferta de almuerzos no se queda atrás. Es una búsqueda de cocina orgánica, el Café Ciudad ofrece almuerzos caseros con productos que resaltan por su sabor propio ya que se elimina el uso de condimentos. El restaurante ya lleva siete meses en escena atrayendo clientela que, además de comida, busque opciones saludables.
A un par de cuadras en la Av. Gaspar de Carvajal y Acuña se asienta la pastelería San Honoré. Una cafetería enfocada en los postres de estilo estadounidense como los cheescakes. Nuria Villacís, socia de la marca, explica que la pastelería internacional ofrece más de ocho variedades de cheesecakes y pasteles de recetas originales.
Yeardly considera que la zona está viviendo un ‘boom’ gastronómico. El fácil acceso al sector y la familiaridad de la gente que circula por allí fueron detonantes para que los chefs miren hacia Las Casas como un escenario que vincule a comensales y cocineros, ambos hambrientos por mostrar que Quito tiene mucha gastronomía por brindar.