Los gatos aprenden a cazar y alimentarse observando a sus madres. Foto: Pixabay.
¿Alguna vez tu felino te ha sorprendido con un regalo que no esperabas? Un pájaro o un roedor muerto –o peor, casi muerto- es colocado a tus pies y tu gato te observa y espera una felicitación. Tú, horrorizado, lo regañas y pretendes que deje de hacerlo, pero no lo consigues. Está determinado a mostrarte sus habilidades como cazador.
Este comportamiento es bastante común y muchos dueños de gatos deben lidiar con esta particular y desagradable experiencia. Las hembras que han sido esterilizadas tienden a darles ese tipo de regalos a sus dueños. Pero, ¿cuál es la razón?
Primero, es importante saber que aunque fueron domesticados hace casi 10 000 años, los gatos todavía mantienen sus habilidades e instintos de cacería. Además poseen un sistema digestivo bastante simple que les permite digerir carne cruda con facilidad.
En estado feral, las hembras que tienen crías les enseñan a sus gatitos a comer. Desmond Morris, en su libro ‘Observe a su gato’, explica el proceso de educación. “Con siete semanas de vida, en vez de matar la presa y comerla donde la ha cazado, la gata se la lleva muerta adonde tiene guardados a sus mininos”, indica. Allí se la come mientras sus hijos la observan.
Luego llevará una presa muerta y jugará con ella antes de comerla. De esta forma sus crías podrán ver cómo la golpea con las garras y la recoge. Después llevará una presa muerta para que coman sus pequeños y luego lo intentará con una presa viva. Finalmente los gatitos saldrán con su madre de cacería.
En el caso de las hembras esterilizadas, no tienen una camada a quien enseñarle el arte de la cacería. Por esta razón buscan transmitirle sus conocimientos a su familia adoptiva, es decir, a sus humanos. “Consideran a sus amos como cazadores rematadamente malos”, dice el experto en comportamiento animal. Es decir, ante tus pocas habilidades de cacería, te tratan de educar para que puedas sobrevivir.