Los gatos siempre fueron la debilidad del locutor radial Luis Miguel Baldeón, además del fútbol. Hace cuatro años, ambas fascinaciones, la deportiva y la felina, tomaron la forma de dos preciosos mininos que llevan los nombres de dos cracks del balompié mundial: Lionel Messi y Bastian Schweinsteiger
Los dos animales llegaron a la vida del comunicador luego de pasar cerca de 10 años sin tener un gato en casa. Deseos de uno le sobraban, pero su rol de padre lo mantenía al margen de volver a encariñarse con una mascota. “No tuvimos antes un gatito en casa porque nos metieron miedo con eso de alergias. Con la posibilidad que los bebés puedan contraer alguna enfermedad o algo por el estilo. Mi hijo Emiliano estaba pequeño todavía y por eso preferimos esperar”, cuenta el periodista.
En el 2012, esa espera terminó. Un día Luis Miguel salía del colegio de su hijo y encontró a una señora con una caja de cartón en la puerta de la institución. Al acercarse observó que la caja contenía un pequeño gatito gris. La mujer estuvo regalando en el lugar los mininos y el último que quedó atrapó la atención de Baldeón.
“Tras conocerlo en el colegio de Emiliano, fuimos a recogerlo en la casa de la señora. En ese entonces, Lio era un gatito que parecía desengañado y tenía una apariencia precaria. Pese a ello, no lo dudamos y nos hicimos cargo del animal”, agrega.
Luis Miguel juguetea con Bastian, el gato más sociable de la familia. Foto: Roberto Peñafiel/Narices Frías
Desde la llegada del minino al hogar de Luis Miguel, el temor a las enfermedades desapareció, pues, como dice el comentarista deportivo, “Lio llegó a llenar de amor nuestras vidas y a ocupar un lugar especial dentro de la familia”.
Dos años después del arribo de Lio, llegó el turno de Bastian. La decisión de acogerlo en casa no fue fácil, pero ya con el precedente del primer minino, la familia se inclinó por su adopción. “Un día coincidí con mi jefa, la economista, en un encuentro deportivo de mi hijo. Al salir a los parqueaderos, la señora encontró debajo de su auto una canastita con un pequeño gatito amarillo dentro. De inmediato me observó y me dijo que ella no podía hacerse cargo del animal. Insistió en que lleve el gato conmigo”.
La economista incluso expresó su ayuda para cubrir los gastos veterinarios del gatito con tal que Luis Miguel lo adopte, pero él no estaba seguro. “Al ver al animalito, tan tierno, tan indefenso, lo único que atiné a decir es que me diera tres horas para tomar una decisión. Luego consultar en casa, decidimos acogerlo”, señala el locutor radial.
Ya con los dos animales en casa, la dinámica de la familia del comunicador cambió para siempre. Los gatos se ganaron la confianza de María, su esposa, y aún más de su hijo de 14 años. “Cuando no teníamos los gatos, nuestra casa tenía menos alegría. Con ellos aquí, todo es distinto. Dos veces al día les dedicó tiempo y mi llamada ‘terapia de besos’. Darles amor es algo maravilloso y que llena de felicidad”.
La casa del comunicador cuenta con un pequeño jardín para sus mascotas. Foto: Roberto Peñafiel/Narices Frías
Tras llegar de su jornada laboral, a eso de las 10:30, Luis Miguel acude de inmediato a abrazar a sus mascotas. La mayoría de veces encuentra a los gatos dormidos en alguna parte de la casa. Baldeón aprovecha el momento y se acerca para acariciarlos. “Estar junto de los animalitos y tocarlos resulta algo terapéutico. Son tan dulces y cariñosos que uno queda anonadado de tanto afecto”.
En la vivienda del comunicador, varias fotografías muestran la importancia que sus mascotas tienen en la vida de la familia. Por ejemplo, en el velador del cuarto de su hijo Emiliano se encuentra un retrato vertical con una instantánea del menor con Bastian, fundidos en un tierno abrazo. No por nada los gatos se agazapan en la habitación del adolescente para descansar. Otro de sus lugares predilectos es el jardín de la casa, donde Luis Miguel aprovecha para observarlos jugar y tomar el sol.
Como padre, el periodista deportivo recomienda que en el hogar exista una mascota, siempre y cuando se cuente con el tiempo y el espacio para su tenencia. El locutor cree que los niños necesitan tener contacto con animales de compañía para ayudar a exteriorizar sus emociones y aprender a valorar la vida de los demás seres.
Valoración que en el caso de las mascotas, según Baldeón, crece cada día a nivel país. Para el locutor radial, el Ecuador vive en la actualidad una época de verdadera valoración por los animales domésticos, lo cual posibilita que la convivencia con animales, como perros o gatos, tenga más factores a favor y beneficios para los seres humanos y la población animal.