Las familias pueden aprender a comunicarse con sus animales de compañía y con ello mejorar la convivencia en su hogar. Foto: Gabriela Castellanos / Narices Frías
Algunas personas que tienen animales de compañía aseguran sentir que sus mascotas están a punto de decirles algo. En ocasiones, el vínculo que comparten humanos y animales es tan fuerte que pueden entenderse en cuestione cotidianas como su estado de ánimo, cosas que quieren hacer, o cosas que necesitan.
No hay magia detrás de esto, asegura Mireya Calderón, una consejera profesional que se especializó en comunicación interespecies. Este campo consiste en una comunicación telepática, muchas veces silenciosa, que funciona con intuición. “No es una cuestión de fe, sino con qué apertura y con qué igualdad ves tú a los animales y a la naturaleza“, explica.
Este tipo de comunicación se estudia en otras especies. Recientemente se publicó una investigación realizada en bacterias donde se encontró que estos organismos, que se creía no eran sociales, tienen la capacidad de intercambiar información entre ellos y con otras especies. Lo mismo se estudia en otros animales como monos, delfines y ballenas.
El objetivo de esta práctica es identificar y resolver problemas de comportamiento, emocionales o incluso físicos. Mireya nos dio algunos consejos para que tú y tu mascota se entiendan mejor.
Primero debes saber que, según los especialistas en comunicación intuitiva, todas las personas tienen la capacidad de conectarse con la naturaleza y los animales. “Hay niños que son muy sensibles y con el paso de los años se van autoinvalidando”, comenta la consejera.
Intentar entender mejor a los animales implica un cambio de chip, señala Mireya. Es decir, implica tener la disposición y estar convencido de que los animales son seres que sienten y que, más allá de su estructura cerebral, pueden transmitir ideas, emociones y pensamientos de diferentes formas.
Mireya Calderón es consejera profesional interespecies. Se especializó en México y ahora atiende consultas en su centro Paz y Gratitud, en el norte de Quito. Foto: Gabriela Castellanos / Narices Frías
Otro aspecto importante es que las personas que busquen tener una comunicación más profunda con sus perros o gatos encuentren un espacio de calma para relajarse y concentrarse. “No hay que esperar un resultado inmediato”, aclara. Es un proceso que puede tomar tiempo. Ella pasó tres años en México estudiando este campo.
Por último, la especialista recomienda ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace. “Hay que ser muy claros en lo que se pide a los animales. Si queremos que un animal haga algo hay que enviarle ese mensaje, no sobre lo que no queremos que haga”, apunta. Por ejemplo, para explicarle dónde debe hacer sus necesidades hay que señalarle el lugar correcto, no el incorrecto.
Emilia Rodríguez y José Ordaz viven con Hanna y Aria, dos perras jóvenes. Hace un tiempo Ordaz inició un curso para aprender a comunicarse con sus mascotas y los resultados que obtuvo fueron más que satisfactorios. “Entendimos que hay cosas que teníamos que negociar y también pudimos entender algunas cosas sobre su comportamiento”, explica.
Una de las cosas que descubrió fue que a Hanna no le gusta hacer sus necesidades en el jardín cuando el césped está crecido. “Tiene una alergia que descubrimos después”, comenta. Con la comunicación intuitiva pudieron negociar que se si el césped está largo puede hacer sus necesidades en el piso de cerámica.