Su bicicleta de cuatro ruedas le permitirá recorrer las zonas más empinadas. Para ello se ejercitó en Limpiopungo.
Durante el feriado, se entrenó en el Chimborazo con sus bicicletas de mano. A esta la denomina ‘El Monstruo’. Foto: Cortesía Sebastián Carrasco
En su rostro hay felicidad, empero, también se percibe ilusión y algo de miedo. Sebastián Carrasco, luego de cuatro años, volverá a escalar. Esta vez irá en pos de la cima del Kilimanjaro (5 895 metros de altitud), la montaña más alta del África, pero en dos bicicletas para atletas con paraplejia.
Sí, luego de pasar toda su vida en las montañas, en agosto del 2015 sufrió un accidente y cayó de una altura de 10 metros. La lesión en la cervical lo dejó sin movilidad, y pensó que nunca más iba a volver a ese mundo de las alturas.
Sebastián vivió intensamente cada escalada de montaña que hizo, antes de sufrir el accidente. Estuvo en las cimas más altas de Perú, Bolivia, Argentina, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Ecuador.
Ahora está entusiasmado con su reto, inédito para atletas parapléjicos.
“Hace dos años, mi socia, Gisella Toledo, me propuso iniciar este proyecto a la cima del Kilimanjaro. Me parecía algo lejano y ahora estoy a cuatro meses, algo que me emociona”, detalla el deportista de 38 años, que en el último trimestre ha tenido intensos entrenamientos.
Viajará el 29 de agosto y el 3 de septiembre del 2019 iniciará el ascenso. Lo hará en dos bicicletas: en ‘El Monstruo’ y ‘La Diabla’, como bautizó a sus bicicletas, y que son impulsadas por la fuerza de sus brazos.
‘El Monstruo’ es una bicicleta de cuatro llantas, las mismas que se utilizan en el ciclismo de montaña. “Con ella iré por las partes más empinadas, o donde los senderos están llenos de raíces y piedras”.
Su bicicleta de cuatro ruedas le permitirá recorrer las zonas más empinadas. Para ello se ejercitó en Limpiopungo. Foto: Cortesía Sebastián Carrasco
‘La Diabla’ es su silla de tres ruedas, que la está fabricando en Ecuador con unos amigos. “Me ayudará para recorrer los tramos más largos”.
La conquista del Kilimanjaro la quiere hacer en ocho días, incluyendo dos jornadas de descanso. En cada día completará entre seis y ocho horas de recorrido. “Debemos completar un total de 35 km con un desnivel de 4 200 m”.
Como hacen los montañistas en las expediciones, tendrá que levantar campamentos a diferentes alturas, y dejará para el último día un recorrido de 2,5 kilómetros por lo empinado del terreno a la cima.
“Como guía de montaña, nunca tuve problemas para la aclimatación de altitud. Pero en estos cuatro meses que restan de nuestro entrenamiento nos centraremos en adaptar el cuerpo a 4 000 m de altitud”.
Este feriado aprovechó los tres días para dormir en los campamentos de altura en el Chimborazo. Empezó su entrenamiento a 4 200 metros de altitud y ayer tenía previsto llegar al segundo, a 5 200 m.
En los próximos fines de semana irá al Cayambe y Cotopaxi para completar su entrenamiento de adaptación.
Lo que le preocupa son los días de calor, al menos los dos primeros en Tanzania. “Como mi lesión es cervical, no sudo y mi cerebro no siente calor. Tenemos que subir en la noche para mantenerme fresco, ya que un golpe de calor puede ser peligroso”.
Sebastián viajará con Gisella Toledo, quien es también su fisioterapeuta; Jack Bermeo, será ayudante en el ascenso porque en algunas zonas habrá que recurrir a las cuerdas. También irán José Alcívar, videógrafo y director del documental que exhibirá luego de la expedición; y, Álex Caamaño, su nutricionista.
Sebastián abrió una página web para recibir donaciones, pero le fue mal. La empresa privada lo ayudó y aún debe reunir USD 6 000 para cada miembro de la expedición.
“Los pasajes aéreos nos donó la aerolínea Plusultra, gracias a una gestión del Ministerio de Turismo, pero requerimos liquidez para el pago de logística y a porteadores (personas que transportan equipajes) durante la expedición”.
El reto a cumplir
Rutas amigables. Deportistas con discapacidad física han conquistado la cima del Kilimanjaro en bicicletas impulsadas con las manos (hand bike).
Dos ejemplos. Chris Waddell (EE.UU.), paralizado de la cintura hasta los pies, coronó en silla de ruedas el Kilimanjaro en el 2009. Kyle Maynard (EE.UU.), con amputación de pies y manos, llegó a la cima en el 2011.
Entrevista a Sebastián Carrasco en junio del 2017