Roger Silva domina el balón en uno de los entrenamientos del club oriental en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Con zapatos de última generación y medias largas hasta las rodillas, Roger Silva se camufla entre los jugadores en la cancha del estadio Gonzalo Pozo.
Siempre está con una pelota, corre por toda la cancha; la camiseta amarilla y la pantaloneta roja dejan ver que se mantiene en forma. Se podría pensar que es un jugador más, pero el exvolante de 39 años colabora con el cuerpo técnico del ‘Ídolo’ desde enero.
En el grupo que encabeza Juan Ramón Silva, él se inmiscuye entre los futbolistas para impartir indicaciones tácticas desde dentro de la cancha. Además, busca información de los rivales, sobre todo estadísticas y videos para luego plantear las mejores estrategias.
El exjugador de Aucas, Técnico Universitario, Espoli, entre otros clubes, realiza su tesis para graduarse de técnico en deportes en el Instituto Tecnológico del Consejo Provincial. Por esa razón, solicitó una oportunidad para aprender en la práctica. Los dirigentes y el DT, quien lo dirigió cuando era activo, le dieron el visto bueno.
A finales de los años 90, el quiteño militó una temporada en El Nacional pero no debutó en Primera División. Para 1997 no fue tomado en cuenta por los ‘puros criollos’ y sus ganas de jugar fútbol lo llevaron a probarse en otros clubes.
Silva estaba dispuesto a tocar puertas hasta tener una oportunidad y su primera opción fue Aucas, dirigido entonces por Homero Mistral Valencia.
En el cuadro oriental realizaron un llamado para probar futbolistas. Se presentaron más de 300 y una semana después fueron seleccionados tres: Omar Rodríguez, Johnny Portocarrero y él. “¡Uf!, fueron duras esas pruebas pero cumplí el sueño de llegar a un equipo profesional. Debuté en Aucas el 24 de mayo de 1997”.
La semana previa al debut, Silva sospechaba que su estreno estaba cerca. En un entrenamiento, el DT lo hizo ingresar en lugar del refuerzo argentino Ariel Martínez. “El profesor me dijo que me prepare, que las oportunidades aparecen”.
En el estadio de Chillogallo, Roger Silva, quiteño del sector de El Inca, jugó 20 minutos ante Barcelona. “Perdíamos 1-0 y en la segunda intervención que tengo lanzo un centro y Francisco Correa anotó el gol. También participé en el segundo tanto, con una pared con Omar de Jesús. Fue un lindo debut que marcó mi carrera”.
Precisamente ante Barcelona, en Chillogallo, el capitalino anotó su primer gol en Primera. Con un lanzamiento libre derrotó a José Cevallos. “Fue por encima de la barrera en el arco sur”, contó emocionado el exfutbolista que sueña con dirigir un equipo profesional.
Por ahora, el padre de tres hijos quiere aprender. Él recuerda las enseñanzas de Valencia, de Gerardo Pelusso y del propio Silva, el actual DT, entre otros. “Silva me dirigió en 1998, en este mismo equipo. Ahora trato de aprender de él”.
El juvenil Nelson Lara se le acercó después de una de las prácticas del equipo, hace unas tres semanas. Al observar que Silva tenía una entrevista, el volante se le acercó y le dijo, a manera de broma,: “usted ya colgó los zapatos, profe”.
Silva se rió. “Los deportistas cumplimos un ciclo y empezamos otro. Ahora busco transmitir mi experiencia a nuevos jugadores, porque uno ya pasó por lo que a ellos les sucede”, explicó el exvolante que quiere convertirse en entrenador.