Valentí Sanjuan cerca del peaje a Portoviejo el 26 de mayo del 2016. Foto cortesía de Emilia Rivadeneira
La titánica travesía a pie que realiza Valentí Sanjuan por las carreteras manabitas llega a su final este domingo 29 de mayo del 2016.
El ultrafondista español partió desde Jama para recorrer los últimos 60 km de un reto de 240 que empezó el jueves en Manta.
Su desempeño ha dejado sorprendidos a quienes lo apoyan y recorren junto a él a bordo de vehículos que sirven de soporte y protección durante la prueba extrema.
De esta forma, Sanjuan promociona la carrera 240K, denominada Sumando Kilómetros de Esperanza. Se trata de una iniciativa de la Unicef para conseguir recursos y ayudar a niños y familias de damnificados por el terremoto en Ecuador del 16 de abril del 2016.
Ese evento, que se realizará de Manta a Pedernales en postas de 10 km cada una, el 11 y 12 de junio. Las inscripciones están abiertas en la página web de Unicef. También se puede realizar aportes y hasta participar de una subasta de camisetas de fútbol oficiales autografiadas por jugadores que participan en los torneos de Ecuador, España y Argentina.
La tarde del sábado 28 de mayo el deportista transitaba por la carretera, cerca de Jama, con la compañía de tres deportistas ecuatorianos de largas distancias, Martín Sáenz, Millan Ludeña y Fabricio Erazo.
Los atletas corrían junto con él cerca de las 17:30. En la penúltima jornada quien más lo acompañó fue Sáenz, integrante del equipo ecuatoriano de aventura que ha representado al país en mundiales de la especialidad. Él recorrió cerca de la mitad del trayecto junto con el resistente deportista español. Cuando pasaron por la vía se los vio contentos, relajados a pesar del esfuerzo.
Durante estos cuatro días de largas jornadas por las vías manabitas el sol y el calor han sido factores que han mermado el rendimiento del atleta. El primer día incluso se deshidrató y vomitó, pero logró recuperarse.
A pesar de aquello las personas que lo acompañan están sorprendidas de la determinación y de la respuesta física de Sanjuan. Una de ellas es Emilia Rivadeneira, quien ha permanecido a su lado desde el primer día. Ella es parte del reducido equipo de apoyo que viaja en vehículos para abastecerlo con agua y comida. Solo de esa manera se puede avanzar 60 km por día y no sucumbir en el intento.
La primera etapa terminó en Sosote, cerca de Rocafuerte. La siguiente en San Vicente y la tercera en Jama. El reto finalizará este domingo en Pedernales, cantón afectado drásticamente por el terremoto.
En todas estas poblaciones la meta ha estado ubicada en albergues. Allí el carismático deportista habla con los niños y con sus padres. Él lleva un mensaje de esperanza y demuestra con su ejemplo que siempre se puede avanzar a pesar de las adversidades.