La quiteña Gabriela Vaca se ubicó tercera en la categoría sénior 2 de mujeres en La Misión, prueba de 160 km realizada en Argentina en febrero. Completó la carrera prácticamente sin dormir, en 42 horas y media, a pesar de que es permitido hacerlo.
En los kilómetros 50 y 100 los deportistas podían parar para comer y descansar, pero ella se sintió tan fuerte que solo se cambió de ropa, comió y continuó. Esa estrategia le permitió, además, alcanzar el ‘top ten’ general entre las damas.
La prueba tuvo subidas y bajadas; pasó por arenales, riachuelos, empedrados, pajonales… Con 33 años la publicista quiteña ha ido acumulando experiencia en pruebas de largas distancias. En el 2012 ya hizo la misma prueba, en 54 horas.
En los próximos meses espera entrenarse aún con más empeño porque será la primera ecuatoriana en el Ultra Trail del Mont Blanc (168 km), en agosto, una de las más afamadas competencias del mundo.
Gabriela empezó a ejercitarse hace ocho años como preparación para completar la Quito Últimas Noticias 15K. Desde entonces no ha dejado el atletismo y ahora se ejercita seis días a la semana. Cuando corre se siente libre y se ejercita con la guía de Gonzalo Calisto y Gustavo Cevallos.
En La Misión, la prueba que el quiteño Calisto ganó en el 2012, participaron también Cristina Espinoza, Juan Fernando Ponce, Amanda Espinosa, Santiago Game, Diego Escudero, Patricio Isch y Claudio Bertogg (suizo radicado en el país). Todos ellos completaron el reto realizado a finales de febrero. Estaban satisfechos porque ningún ecuatoriano ha abandonado jamás esta dura prueba de resistencia y convicción.
Una travesía en tres días
A inicios del mes pasado también se realizó otra prueba exigente, que une los Andes chilenos y argentinos. Allí, otra quiteña alcanzó el podio.
Lourdes Hernández, a pesar de que tiene experiencia porque ha completado maratones, se probó por primera vez en un reto de 100 km en caminos de montaña. Como fue su primera experiencia en una carrera tan larga tenía algo de temor, pero todo se le disipó en el momento de la partida. Después de eso, los tres días de competencia le parecieron un paseo lleno de paisajes inolvidables. Disfrutó las 14 horas de carrera y en la meta “sintió que llegaba al cielo”. El tiempo que empleó le permitió ubicarse primera en su categoría.
Allí también se probó por primera vez Fernando Torres, de 56 años. Entre los mayores de 55 años se ubicó noveno. “Más que difícil, es un placer enorme el poder estar ahí. Quien puede hacerlo, quien corre, no puede saltarse esta carrera por el entorno, los paisajes, por todo lo que hay que entrenar y todo lo que se disfruta”.
Torres, médico de profesión, se entrenó 1 500 kilómetros, en 26 semanas, para completar el Cruce de los Andes.