En el comedor del Independiente del Valle (arriba) hay consejos alimenticios en carteles. Foto: EL COMERCIO
Hernán Galíndez llegó con ocho kilos demás a la pretemporada de la Universidad Católica, el 4 de enero. Su estado físico alertó al cuerpo técnico del ‘Trencito Azul’.
Al argentino le apodan el ‘Gordo’. Ese apelativo y su estado físico le hacían sentir mal. Se sentía pesado.
Por su iniciativa y con la ayuda del preparador físico Miguel Zito, Galíndez decidió cambiar su régimen alimenticio. “Ahora me siento muy cómodo y más rápido, me canso menos. Me siento realmente en el mejor momento de mi carrera”, expresa el golero de 30 años y 1,88 metros de estatura.
El gaucho dejó de comer harinas a la hora del almuerzo y carbohidratos (papás, fideos, arroz…) en las noches.
Ahora pesa 91 kilos, ideal para su contextura física. Su esposa Pamela Cersósimo le prepara la alimentación adecuada en casa. Cereales, ensaladas y yogur están en su menú de las tardes y las noches.
El gaucho dice que no ha dejado de comer. Al contrario, asegura que se alimenta más, pero de forma más provechosa. Esta es una de las metas que buscan los nutricionistas y los preparadores físicos de los clubes de la Serie A.
Barcelona y Liga de Quito sí cuentan con nutricionistas. En otros planteles, médicos y preparadores físicos se encargan de controlar este aspecto.
Eso sí, la nutrición también depende de los jugadores. En LDU, Hernán Barcos, Norberto Araujo, Fernando Hidalgo y Édison Vega llevan su propio plan de comidas, desde hace varios años. La nutricionista Evelyn Astudillo, de la ‘U’, cuenta que ellos ya saben cómo alimentarse para mejorar su rendimiento deportivo. Esa es la clave de que sigan vigentes frente a los jóvenes.
En Ecuador no existe un estudio específico sobre los beneficios de la nutrición en los clubes. Pero en el mundo hay análisis y ejemplos que demuestran que si el futbolista se alimenta bien mejora su rendimiento físico y evita lesiones.
El caso más evidente es el de Lionel Messi, ganador de cinco Balones de Oro y considerado uno de los mejores futbolistas. Tras vomitar en varios cotejos con el Barcelona y perder la final del Mundial Brasil 2014, buscó ayuda particular en el nutricionista Giuliano Poser.
Messi, al igual que Galíndez, cambió su dieta y volvió a ser la ‘máquina goleadora’ del Barça. Hasta el sábado, acumulaba 502 goles anotados con la camiseta del club catalán.
Poser impuso la kinesiología aplicada, que consiste en realizar un estudio de la fuerza de los músculos del deportista. Ahora, ‘Lío’ consume agua, aceite de oliva, cereales integrales, frutas y verduras frescas biológicas. Dejó las gaseosas y los refritos.
En los clubes del país, los preparadores físicos y deportólogos se encargan de controlar a los jugadores. Uno de ellos es César Benalcázar, de El Nacional. Explica que la dieta para el deportista depende de los planes de entrenamiento.
Benalcázar establece una dieta para la pretemporada y otra para los partidos. Trata de chequear diariamente a los jugadores con dos procedimientos: la evaluación de la masa del cuerpo del jugador y a través de test de orina.
En equipos como Independiente, el plan nutricional se extiende a las divisiones juveniles. Se establece la alimentación adecuada para los talentos que viven en la residencia en Sangolquí. En el comedor, hay carteles con los consejos alimenticios para los talentos que quieren convertirse en los nuevos Júnior Sornoza.
Para Astudillo, el consumo de productos nutricionales también ayuda. Por ello, los jugadores albos los consumirán con un plan específico.
Eso sí, la nutrición debe ir acompañada de la preparación deportiva. Así lo indica el seleccionador Robert Arboleda, quien cambió su dieta y va más al gimnasio.