Irving y Brown lideraron la remontada de los Boston Celtics en Londres

Daniel Theis (izq.) y Marcus Morris (2-der.) de Boston Celtics disputan un balón con Joel Embiid (2-i) and Dario Saric (d) de Philadelphia 76ers en   la O2 Arena en Londres. Foto: Will Oliver / EFE

Daniel Theis (izq.) y Marcus Morris (2-der.) de Boston Celtics disputan un balón con Joel Embiid (2-i) and Dario Saric (d) de Philadelphia 76ers en la O2 Arena en Londres. Foto: Will Oliver / EFE

Daniel Theis (izq.) y Marcus Morris (2-der.) de Boston Celtics disputan un balón con Joel Embiid (2-i) and Dario Saric (d) de Philadelphia 76ers en
la O2 Arena en Londres. Foto: Will Oliver / EFE

El base Kyrie Irving (20 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias), ayudado por el alero Jaylen Brown (21p y 4r) y el pívot Al Horford (se acercó al triple-doble: 13p, 8r y 7a), lideró este jueves la remontada de los Boston Celtics sobre los Philadelphia 76ers en Londres (103-114), en el partido que lleva la NBA cada temporada a Europa.

Por sexto año consecutivo, el magistral pabellón O2 Arena de la capital británica fue el escenario del duelo, que no defraudó a los presentes y volvió a hacer las delicias de los aficionados, poco dados a disfrutar del baloncesto por estos lares.

La celebración de un encuentro de la temporada regular a orillas del río Támesis es ya una tradición, y las casi 20000 personas -las entradas se vendieron en menos de una hora- que abarrotaron el pabellón no sólo pudieron ver en directo a dos de los equipos más emocionantes de la liga, sino que disfrutaron también de la entrega de camisetas, los bailes de las animadoras, la divertida kiss cam y la presencia de leyendas de la NBA como Dikembe Mutombo, Richard Hamilton o Robert Parish.

Como suele ser habitual, acudieron al O2 muchas caras conocidas del deporte británico, como los futbolistas Álvaro Morata, Kevin De Bruyne, Eden Hazard y Marcos Alonso, y celebridades como Nicolas Hault y Xenia Tchoumi.

Sin el lesionado Gordon Hayward, los Celtics se presentaron en Londres con el segundo mejor récord de la liga (33-10), en segunda posición de la Conferencia Este, y tras encadenar una racha de seis victorias.

Enfrente, unos Sixers (19-19) que, con Embiid (15p, 10r y 5a), el alero Ben Simmons (16p) y el escolta J.J. Reddick (22p y 7a), buscaban su primera victoria de la temporada sobre los 17 veces campeones, sumar su quinto triunfo en línea y dar un paso más hacia los puestos de play-off.

El arranque de los imberbes 76ers de Brett Brown fue inmejorable, con un 9-2 de salida en los primeros tres minutos que dejó totalmente noqueados a los hoy visitantes. La férrea defensa sobre Irving y el acierto de cara a canasta de J.J. Reddick (13 puntos en el primer cuarto) fueron claves en los azules (28-23, m.12).

No mejoraron las cosas para los pupilos Brad Stevens, ya que en el comienzo del segundo cuarto sufrieron un correctivo (racha de 21-4) que les dejó 22 puntos abajo (49-27, m.18). No había rastro de Irving, poco acertado en el tiro (1 de 7 intentos) y con nula participación en el juego.

Tardó en aparecer, pero finalmente apareció el 11, que en unos segundos 24 minutos excelsos se echó el equipo a la espalda y lideró la remontada de los suyos para dejar prácticamente encarrilado el choque en el último cuarto.

Tras acercar a los suyos a nueve puntos poco antes del intermedio (57-48), el tercer cuarto fue fulgurante. Además de Irving, aparecieron Brown, Tatum (16p y 4r) y Morris (19p y 8r) para reducir la diferencia a un punto y sellar la remontada con mate imperial del alemán Theis tras asistencia de Horford (68-69).

No tardaron los Celtics en alejarse en el marcador, e inmediatamente después de la canasta de Theis, Brown sumó un 2-1 que amplió la ventaja hasta los cuatro puntos.

El último cuarto, que arrancó con diferencia de +6 para los de Boston (79-85), fue un paseo, y los verdes, que repartieron minutos entre los menos habituales en el tramo final, se llevaron una victoria cómoda (103-114) que amplía su racha de triunfos hasta los siete consecutivos -mejor racha activa de la liga-.

La victoria de los Celtics en Londres fue también la de la NBA, que en su regreso a las islas demostró que la mejor liga de baloncesto del mundo sigue teniendo una gran acogida en el público británico y europeo. 

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