Imagen de Michael Schumacher, tomada de la cuenta oficial de Facebook del expiloto alemán múltiple campeón de la Fórmula 1.
El mundo de la Fórmula 1 deberá conformarse nuevamente este fin de semana con el recuerdo de Michael Schumacher en Spa-Fracorchamps. Allí su hijo, Mick, brindará un homenaje al volante de un coche de su padre, antes del Gran Premio de Bélgica.
Cuánto desearían sus fans que el alemán heptacampeón del mundo, de 48 años, fuera quien condujera el Benetton con el que alcanzó en 1994 el primero de sus siete títulos mundiales.
Pero Schumacher no lo hará ni puede hacerlo. A casi cuatro años de su grave accidente de esquí el 29 de diciembre de 2013, el alemán continúa su rehabilitación al resguardo de la opinión pública. Y su estado de salud sigue siendo una incógnita mientras se cumplen 25 años de su primer triunfo en la Fórmula 1, el 30 de agosto de 1992 en Bélgica.
El por entonces joven piloto de 23 años hizo gala durante esa lluviosa carrera en Spa hace un cuarto de siglo de los atributos que luego lo harían sobresalir: habilidad y agresividad al volante y una estrategia perfecta para competir.
En la vuelta 30, Schumacher se salió a la grava, pero pudo regresar a la pista, aunque fue pasado por su compañero de escudería Martin Brundle. Esto le permitió observar que los neumáticos de su colega habían sufrido bastante. Schumacher llegó primero a boxes y se hizo colocar neumáticos para lluvia, una astuta estrategia que le valió la victoria. “Esta fue en realidad una historia curiosa, porque logré la victoria gracias a un error”, dijo por entonces Schumacher.
Y 25 años después, el recuerdo del gran piloto germano volverá a estar presente. En 1992 triunfó en el trazado de las Ardenas, un año después de su debut en 1991 al volante de Jordan en el mismo lugar. Le seguirían otras 90 victorias, una marca que aún no pudo ser igualada. En total seis de sus 91 victorias fueron en Spa-Francorchamps y en 2004 Schumacher pudo celebrar anticipadamente en Bélgica su séptimo y último título mundial.
En 2012 la pequeña ciudad de Spa lo nombró ciudadano honorario. En enero de 2014, poco después del accidente, cientos de fans de Schumacher se dieron cita en ese circuito y marcharon por la pista en tributo del piloto alemán. De esta manera sus fanáticos quisieron transmitirle “energía positiva” a su ídolo para la carrera más importante de su vida, según explicó entonces la coorganizadora Heidi Hendrickx al diario belga “Le Soir”. El estado de salud de Schumacher continúa siendo un tema estrictamente privado. Su familia lo protege de la misma manera en que anteriormente él la mantuvo al celoso resguardo de las miradas de la opinión pública. Mientras tanto, en su página oficial en Facebook se comparten una y otra vez recuerdos de grandes carreras.
El Gran Premio de Bélgica desplegará este fin de semana numerosos atractivos: Sebastian Vettel buscará dar un nuevo paso rumbo a su primer título con Ferrari y Lewis Hamilton podría igualar con Mercedes las 68 “pole positions” de Schumacher. Pero, pase lo que pase, Schumacher continuará siendo un punto de referencia en Spa, especialmente con la participación de su hijo Mick.
Con 18 años y en la Fórmula 3, el joven conducirá el Ford B 194-5 de su padre, según se confirmó este jueves, en lo que con seguridad se convertirá en un emotivo momento. “No sentí la más mínima duda de que quería hacerlo”, afirmó Mick Schumacher.
Mientras tanto, el Rheinland Motorworld en Colonia y la manager de Schumacher Sabine Kehm dieron detalles sobre una exhibición prevista con objetos de la colección privada de Schumacher. Esta abrirá en abril del próximo año, se indicó. Otro recuerdo de los grandes días del piloto más exitoso en la historia de la Fórmula 1.