Máximo Banguera se inspira en la buena relación con sus hijos

Banguera atajando uno de los penales, en la clasificación de Barcelona a los cuartos de final de la Libertadores. Foto: EFE

Banguera atajando uno de los penales, en la clasificación de Barcelona a los cuartos de final de la Libertadores. Foto: EFE

Banguera atajando uno de los penales, en la clasificación de Barcelona a los cuartos de final de la Libertadores. Foto: EFE

Didier Banguera juega como atacante en la Sub 12 de Barcelona, es hijo de Máximo Banguera, golero del primer equipo canario. El niño gusta de regatear y patear de media distancia, a diferencia de su ­padre, que está cómodo en el arco desde su juventud.

La posición en la cancha es una de las pocas diferencias entre el arquero y su retoño. Son físicamente idénticos, además coinciden en su personalidad alegre y entrega en la cancha; son quienes motivan a sus compañeros antes de los partidos.

Didier es quien anima a su papá en los momentos difíciles. El niño defendió al golero de 30 años, en redes sociales en julio pasado, cuando uno de sus errores significó la derrota canaria ante Delfín, en el estadio Monumental. Ese partido evitó que los canarios se quedaran con la etapa.

Máximo reconoció en una entrevista pasada, que se sorprenda cada vez que conversa con su pequeño. Lo nota maduro, convencido de cumplir con el rol de hijo mayor para cuidar a su hermanita, Tiffany, de 7 años.

El portero es muy apegado a sus hijos. Les dedica sus triunfos y comparte con ellos todo el tiempo libre que tiene. Los lleva al cine, va a las reuniones de sus escuelas y los lleva –siempre que puede– a sus eventos publicitarios o grabaciones de comerciales.
Héctor Burguez, preparador de arqueros del club, califica al jugador como un profesional consagrado. Admira la capacidad que tiene para dividirse entre el fútbol, su familia y las empresas que maneja.

El guayaquileño es dueño de cuatro emprendimientos comerciales, que van desde una empresa audiovisual, hasta una clínica de rehabilitación para lesiones de deportistas.
Banguera pensó en retirarse del fútbol en el 2014, tras el
fallecimiento de su madre. Cuenta que entró en depresión, pero fue allí donde hizo efecto la buena relación con sus hijos; eso le ayudó a recuperar su confianza.

Este año su rendimiento es óptimo. Estuvo en el 11 ideal de la fase de grupos de la Copa Libertadores, regresó a la Selección ecuatoriana...

En los últimos días se volvió el jugador más popular de la plantilla, tras atajar dos penales ante Palmeiras –en Brasil– y darle la clasificación a su equipo a los cuartos de final de la Copa Libertadores, instancia que no alcanzaba desde 1998.

Anunció que subastará los guantes que usó en ese partido. Las ofertas se aceptarán hasta mañana, en su cuenta de Instagram. El dinero que recaude se entregará a Solca, para el tratamiento de niños con cáncer. Mensualmente dona parte de su sueldo para esa causa.

Este domingo 13 de agosto, el arquero se apunta como estelar para el partido que disputará Barcelona ante Clan Juvenil, por la quinta fecha del campeonato nacional, a las 12:00 en Sangolquí.

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