Franklin Guerra se entrena de forma solitaria en la cancha principal del complejo de Pomasqui. Foto: Cortesía de Liga de Quito
Rodrigo Aguirre lo dejaba en claro durante la cuarentena. Nunca antes en su carrera había pasado tanto tiempo sin tocar un balón. Ni siquiera las vacaciones más largas y descuidadas son comparables a los tres meses que él y sus compañeros estuvieron alejados del esférico, el elemento indispensable de su labor como futbolistas.
Por ello, los primeros balances del cuerpo técnico del cuadro universitario son realistas: la plantilla vivió una etapa de desentrenamiento, un término técnico utilizado por preparadores físicos y que tiene que ver con aquellos procesos largos de inactividad de los deportistas.
“Hay que ser claro. En el fútbol entran en juego situaciones que ellos no podían entrenarlas en casa, como los duelos, los cambios de ritmo, los cambios de frente, el trabajo aeróbico, en muchos casos”, sostiene el preparador físico chileno Marcelo Cabezas.
Él llegó en esta temporada para sumarse al cuerpo técnico de Pablo Repetto, en reemplazo del uruguayo Rodrigo Teixeira. El profesional confiesa que los primeros días de trabajo han sido intensos, aunque no oculta su emoción por haber vuelto a ver a sus pupilos en acción en el complejo de Pomasqui.
Los albos trabajan hasta este sábado 13 de junio del 2020 en su recinto deportivo. Mañana habrá jornada de descanso para los 24 futbolistas profesionales, que trabajan desde el pasado miércoles en dos canchas del espacioso complejo, ubicado en las periferias.
Cabezas estableció cinco grupos de trabajo para las dos primeras semanas de entrenamiento. Agrupó a los futbolistas por el sector en el que se desenvuelven en las canchas: defensas, volantes por los costados, delanteros y arqueros. Como un satélite, el recuperado mediocampista Jhojan Julio no tiene grupo. Él fue operado a inicios de año.
Los grupos 1, 2 y 5 se entrenan desde las 09:30, mientras que los integrantes de los grupos 3 y 4 tienen entrenamiento desde las 11:00. Según Cabezas, en las dos primeras semanas, el objetivo central es que los jugadores vayan reinsertándose en el entrenamiento en cancha. La larga pausa ha hecho que el futbolista haya perdido el contacto preciso con el balón y eso ha quedado evidenciado en los primeros movimientos en cancha.
Según el entrenador Pablo Repetto, el actual escenario era absolutamente predecible. Él considera el lapso de seis semanas antes del reinicio de la competición (el torneo volverá el 19 de julio) como un período prudente para retomar la forma futbolística.
“Hemos visto mucho compromiso de parte de la plantilla. Todos estamos muy felices de volver, de retomar las actividades. Iremos progresando poco a poco”, dijo el entrenador uruguayo del equipo.
Jugadores como Antonio Valencia expresaron su regocijo en redes sociales por volver a las canchas. ‘Toño cumplió con exigencia los ejercicios propuestos por el cuerpo técnico en la cuarentena, pero para el exjugador del Manchester United, la sensación de estar en la cancha de juego
es indescriptible.
Según el protocolo aprobado por el COE Nacional para el retorno a la actividad, recién en el día 22 de los trabajos los equipos podrán realizar entrenamientos conjuntos con todos sus integrantes. Durante todo este proceso, los clubes deberán realizar exámenes periódicos de covid-19.
Los universitarios esperan retomar la temporada y dar pelea en el certamen local y la Copa Libertadores.