El púgil guayaquileño Julio Castillo (der.), durante su enfrentamiento ante el peruano Lucar James, por las semifinales de los 91 kg. Foto: Secretaría del Deporte
Julio César Castillo dice que esta vez le toca llevarse la medalla de oro. “Ya tengo una de plata y otra de bronce de mis participaciones anteriores. Es mi segunda final panamericana y esta vez subimos por lograr el título”, dijo el pugilista de 31 años que el viernes 2 de agosto del 2019 disputará el oro en la categoría de los 91 kg.
Castillo enfrentará al cubano Erislandy Savón, con quien mantiene una larga rivalidad. “Nos hemos enfrentado en ocho ocasiones, cada uno tiene cuatro victorias”. El enfrentamiento es así de cerrado, pero Castillo tiene un desafío por saldar.
“En el 2016, durante uno de los primeros torneos clasificatorios a los Juegos Olímpicos, nos enfrentamos en el Sudamericano realizado en Buenos Aires. Él me ganó y se clasificó. Yo lo hice después también, pero es el último combate que tuvimos”, añade el ecuatoriano.
El miércoles 31 de julio del 2019 se entrenó por la mañana y descansó después del almuerzo. “Estoy en el mejor momento deportivo de mi carrera. Muy bien física y mentalmente. Quiero lograr el título y prepararme para los Juegos Olímpicos de Tokio, donde será mi último evento como boxeador”.
Es el tercer deportista ecuatoriano que ha declarado públicamente su retiro luego de la cita olímpica del 2020. Primero fue la pesista Alexandra Escobar y luego el canoísta César de Cesare.
Julio Castillo (der.), durante un entrenamiento. Él es uno de los sesis boxeadores que competirán por Ecuador en los Juegos Panamericanos 2019. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Quiere derrotar a Savón sobre la base de su trabajo de golpes cruzados. “Pego muy duro con los dos brazos. Voy a trabajar la pelea con sorpresa y velocidad. Él también es muy veloz, será un combate de mucha técnica”.
En su opinión, el entrenamiento y participación que realizó la selección en República Checa, España y Eslovenia le permitieron mejorar su condición física y mental. “Un deportista requiere de este respaldo para lograr buenos resultados. Hoy estamos en la final por ese respaldo”.
En semifinales, Julio César Castillo se enfrentó al peruano José Lucar, a quien derrotó por fallo unánime de 5-0.
En un coliseo completamente lleno, la afición del Callo respaldaba a su deportista. “Sé que la magnitud de ese respaldo es importante para un deportista. Yo tomé todos esos gritos de respaldo a mi favor y trabajé la pelea”. Esa madurez solo le da la experiencia de 15 años en el boxeo.
Nació en Coca pero reside en la la provincia de Napo, a la que representa. Es uno de los seleccionados con mayor experiencia en el equipo nacional. Estuvo en los Juegos Olímpicos Londres 2012 y en los de Río 2016, cuando accedió hasta la segunda ronda.
A nivel de los Juegos Panamericanos, en Lima 2019 participa por cuarta ocasión. “Hace cuatro años, en Toronto 2015, tenía una fractura en la nariz que me impidió pelear con soltura”.
En el equipo nacional es visto como el capitán, el amigo al que todos piden un consejo y el que los respalda a encarar una derrota. “Hemos venido con una selección nueva, son chicos que debutan en Juegos Panamericanos. Hay que respaldarlos, tienen mucho talento”, expresa.
Protestó por el resultado que eliminó a Miguel Jarrín en la segunda ronda. “Era un combate que lo habíamos ganado”. Por eso, fue uno de los primeros en abrazar a su compañero y decirle que hay que seguir adelante.
Es creyente. Antes de subir al ‘ring’, eleva una oración. “Pido a Dios la protección para mi rival y para mí, para que ninguno de los dos reciba malos golpes”.
Después del retiro como deportistas de alto rendimiento, dice que no abandonará el boxeo porque “es mi vida, mi religión. Se lo debo todo, porque me ha dado mucho”.
Desde los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, Ecuador no ha podido lograr un título continental. El último fue Ítalo Perea, que ya no está en el boxeo profesional.