Iván Enderica con (12 en su brazo) en el puesto de partida de la competencia de 10 kilómetros de natación en Aguas Abiertas. Foto: @ECUADORolimpico
El hecho de haber mejorado siete puestos lo dejó satisfecho, “pero no feliz”. La intención era llegar entre los 10 primeros”, expresó Iván Enderica, el nadador ecuatoriano que se ubicó 16º en los 10 km en aguas abiertas.
“Hubo mucho oleaje, pero ese no fue el problema. Las pruebas cada vez son más competitivas. Entre el primero y yo hay 16 segundos de diferencia”, dijo el ecuatoriano, después de competir en la prueba olímpica, que se desarrolló ayer en las playas de Copacabana.
El ganador fue el holandés Ferry Weertman, con 1 hora 52 minutos y 59 segundos; el mismo tiempo registró el griego Spiros Gianniotis, lo que confirma lo cerrado de la competencia.
El ecuatoriano Iván Enderica cronometró 01:53,162 según el registro oficial; el búlgaro Ventsislav Aydarski fue 15º, con 01:53,161.
La estrategia de Enderica fue permanecer en el grupo puntero, mantener un ritmo adecuado y “en la última vuelta, de 2,5 kilómetros, realizar un buen remate, lo hicimos, pero hay nadadores que fueron muy rápidos”.
Detalló que el pelotón fue tan compacto, que durante la mayor parte de la competencia hubo “golpes con manos y piernas, no sé si con intención. Eso da cuenta que íbamos todos muy juntos”.
Dijo estar satisfecho con esta actuación, porque se trata de su segunda participación en Juegos Olímpicos. En Londres se ubicó en el puesto 23, ayer lo hizo en el puesto 16, “y el sueño de seguir entrenándome para lograr una medalla sigue intacto. Vamos a trabajar para los Juegos de Tokio 2020”.
El nadador está satisfecho, porque Río 2016 le parecía un sueño lejano por un dopaje no intencional que se le dictaminó, “hace un año se levantó esa sanción y comenzamos a trabajar con mi hermano Juan. Iniciamos la preparación en torneos nacionales e internacionales”.
Ganó sendas medallas de oro y plata en el Sudamericano realizado en Paraguay y en junio ganó su puesto a Juegos Olímpicos al quedar tercero en el Preolímpico de Portugal. “Esa posición me ubicó en el puesto 13 a nivel mundial, vine acá con muchas expectativas”.
Añadió que “la cercanía de la clasificación a los Juegos hizo que tuviéramos dos meses de preparación específica, pero esta participación refleja la práctica de la natación de toda la vida”. Por ello escogió como entrenador a su hermano, “por la confianza y porque nos conocemos de toda la vida, cada uno sabe cómo es el otro. Además, un deportista siempre quiere compartir con la familia esos momentos buenos y malos”.
Juan Enderica estaba más serio. “Es bueno el resultado, pero la proyección era otra”.
Iván y Juan esperan el retorno a casa para analizar cómo cerrar el año. “Hay todavía dos competencias del circuito mundial”. Iván quiere participar al menos en una de ellas y en septiembre estar presente en la travesía al Lago San Pablo, donde suma siete triunfos consecutivos.
“Pero sí debo descansar unos días, tengo un problema en el hombro izquierdo que me molestó desde antes de salir de Cuenca, pero en nada afectó a la actuación en Río. Tengo que hacerme una resonancia magnética para saber qué mismo pasa”.