Los intercolegiales sirven para descubrir los nuevos talentos

Desde la izquierda: Emerson Fárez, Joaquín Ponce, Daniela Vélez y Mateo Álvarez se entrenan en Cuenca para representar a sus colegios. foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Desde la izquierda: Emerson Fárez, Joaquín Ponce, Daniela Vélez y Mateo Álvarez se entrenan en Cuenca para representar a sus colegios. foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Desde la izquierda: Emerson Fárez, Joaquín Ponce, Daniela Vélez y Mateo Álvarez se entrenan en Cuenca para representar a sus colegios. foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

De lunes a viernes, después de almorzar y adelantar sus tareas colegiales, Mateo Álvarez y Daniela Vélez se entrenan con Juan Pablo Molina en la pista del estadio Jefferson Pérez, en Cuenca.

Álvarez y Vélez integran la delegación azuaya que competirá en los II Juegos Nacionales de Colegios Campeones, entre el 30 de noviembre y 2 de diciembre en Santa Elena.

Álvarez, alumno de la Unidad Educativa Rafael Borja, correrá los 200 y 400 metros; mientras Vélez, del colegio Rosa de Jesús Cordero, lo hará en 400 m. Ellos están ilusionados con la idea de retornar con medallas en su primera representación a sus planteles.

Ambos han competido por la provincia y se han destacado. Incluso conocen a sus rivales, entre ellos los pichinchanos y guayasenses. Álvarez está agradecido y orgulloso de representar a su colegio, donde tiene una beca estudiantil para todo el año.

Como ellos, otros 318 alumnos secundarios de 20 provincias se entrenan en sus ciudades antes de los Juegos de Santa Elena, donde habrá atletismo, ajedrez y tenis de mesa.

Los Juegos de Colegios Campeones reunirá a los mejores deportistas de la categoría intermedia (15-16 años) del país.

La Federación Deportiva Nacional Estudiantil (Fedenaes) limitó los Juegos a tres disciplinas por falta de dinero. La organización recibe USD 32 089 para todo el año y eso es insuficiente, según su presidente Wellington Segarra.

El año pasado, Fedenaes presentó un presupuesto de USD 375 000 a la Secretaría del Deporte y no hubo respuesta. Este año se solicitó un aporte de USD 60 000 y tampoco tuvo acogida. Con este último monto se esperaba cubrir gastos de arbitraje, alimentación, hospedaje y otros rubros.

Para que los Juegos Nacionales de Colegios Campeones se realicen, por segundo año seguido, se contó con el apoyo económico del Municipio de Santa Elena, que cubre hospedaje y alimentación. El transporte lo asumen los colegios, desde sus ciudades.

El 2017, en la primera edición, únicamente hubo fútbol sala, en damas y varones.

Héctor Valencia, presidente de la Federación Deportiva Estudiantil de Pichincha, destaca el esfuerzo hecho por la organización. “La falta de dinero impide competir en más disciplinas en Santa Elena”. Él confía en el protagonismo de sus representantes, aunque para él lo principal es la unidad del deporte estudiantil del país.

Segarra estima que más de 120 000 alumnos de primaria y secundaria compiten en los intercolegiales en el país en los torneos organizados por las federaciones. Ese cálculo es con base en un promedio de 5 000 estudiantes por provincia.

De esas competencias suelen escogerse a los seleccionados en distintas disciplinas.

“Ellos son la base del deporte del país, de allí salen las nuevas figuras”, admite Segarra.

Jorge Miranda, presidente de la Federación Deportiva Estudiantil del Azuay, califica de positiva la reactivación del deporte colegial a escala nacional.

En la pista sintética de Cuenca, también se entrenan los atletas Joaquín Ponce y Emerson Fárez, estudiantes del Santa Ana y Técnico Salesiano. Ellos competirán en las pruebas de 5 km y 400 metros. También irán Lucas Jiménez y Wendy Criollo, campeones nacionales en 1 200 m.

Ponce y Fárez, quienes se entrenan con Luis Chocho, reconocido entrenador de marchistas, y Rolando Figueroa, saben que tendrán rivales difíciles, pero confían en su preparación. Fárez, antes de regresar a su hogar para terminar sus tareas escolares, advierte que “Santa Elena puede ser el inicio de su sueño deportivo, que es subirse al podio”.

A final de los entrenamientos, mientras trotan en la pista sintética como parte de la fase de aflojamiento, los atletas bromean. Fuera del escenario, los padres de familia los esperan para llevarlos. Esa es la rutina diaria de los estudiantes.

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