Tamara Salazar se entrena en Pusir Grande, en Carchi, desde diciembre. Foto: Cortesía COE
El 1 de enero, cuando empezó el año, Tamara Salazar estuvo rodeada de su familia. Recibió de sus padres y de sus hermanos, abrazos y buenos deseos, pero ella pidió uno en especial: convertirse en una deportista olímpica.
“Es un objetivo que me impuse en el 2016, luego de mirar por televisión los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Vi las competencias de atletismo, boxeo y de pesas, el deporte que vivo con mucha pasión. Esas competencias se convirtieron en mi inspiración y ahora estoy a cuatro meses de lograr mi clasificación a Tokio 2020”, relata la carchense de 22 años, que el 2019 ganó dos medallas de bronce en el Campeonato Mundial de Tailandia.
El año pasado llegó al tercer lugar en la clasificación mundial de la división 81 kilogramos. Debe mantener esa posición para lograr la clasificación a la cita olímpica, pues las ocho primeras irán a Tokio. “Cuando era niña, nunca pensé que iba a llegar a tanto”.
Desde diciembre se entrena en Pusir Grande, una población ubicada en la misma línea limítrofe entre Imbabura y Carchi, en el puente del Juncal. Practica por cuatro horas diarias y cumple las tablas que le envía el entrenador venezolano Jorge Rivero.
En febrero ya trabajará con la selección completa, porque tienen que ir a Colombia al Campeonato Sudamericano, en marzo, y a República Dominicana al Torneo Panamericano, en abril. En los dos eventos espera lograr los puntos que le hacen falta para su clasificación. Todo apunta que sí lo logrará, pues desde el 2018 -cuando ganó sus primeras medallas mundiales- su crecimiento deportivo ha sido evidente.
En ese año levantó 105 kg en arranque, 137 km en envión para un total de 242 kg. Con ese rendimiento ganó una medalla de plata y dos de bronce a escala mundial.
En el 2019, en los Juegos Panamericanos registró 110 kg en arranque, 145 kg en envión para un total de 256 kg. Ganó la medalla de bronce, pero son las mejores marcas que ha logrado hasta el momento. Subió 14 kilos de un año a otro.
En el Mundial Absoluto, realizado en Tailandia, sus marcas fueron: 108 kg en arranque, 144 kg en envión y sumó un total de 252 kg.
Si repite esas marcas logradas el año pasado, podría pelear una medalla en los Juegos Olímpicos. “Esa posibilidad está en mis sueños y expectativas”.
Zhouyu Wang (China) y Un Ju–kim (Corea del Norte) son favoritas al oro y la plata olímpica, pero el bronce podría pelearlo con la venezolana Naryury Pérez y la dominicana Crismery Santana.
Dice que cada mañana se levanta motivada a completar cada entrenamiento, “sin desmayar; soñando. Si me caigo, me levanto con más fuerza, porque sé que todo sacrificio tiene su recompensa”.
Tamara Salazar comenzó a practicar levantamiento de pesas hace nueve años, cuando llegó al gimnasio por curiosidad y se quedó allí porque es un deporte que no le resultaba complicado. Hasta los 12 años practicó atletismo.
Por eso, cuando llegó al gimnasio de halterofilia se dio cuenta que levantar la barra con pesos, era lo suyo. Fue campeona nacional desde que cumplió 14 años. Ese mismo año ya salió a competir fuera del país.
Ha viajado a más de 20 países en América, Europa y Asia. Este año quiere que su destino final sea Tokio.