Los jugadores del Flamengo celebran al vencer al Gremio de Porto Alegre 5-0 y pasar a la final este miércoles 23 de octubre del 2019 en el partido de vuelta por las semifinales de la Copa Libertadores entre los clubes brasileños Flamengo y Gremio en el estadio Maracaná de Río de Janeiro (Brasil). EFE
El presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, aseguró el martes 5 de noviembre del 2019 que Lima está preparada para acoger el 23 de noviembre la final única de la Copa Libertadores entre River Plate y Flamengo, cuya sede original, Santiago, fue modificada por la crisis que sufre Chile.
“Nos oficializó la noticia el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez. Es una linda oportunidad. Lima es un sitio hermoso como final de Libertadores y Perú la va a recibir con las brazos abiertos”, declaró Lozano a medios peruanos, instantes después de que la Conmebol anunciara en un comunicado el cambio de sede y antes de que el organismo confirmara que el partido se jugaría finalmente en el estadio Monumental.
“Creo que vamos a llegar bien. Perú lo tiene todo: gran capacidad hotelera, experiencia en mundiales, Copa América (2004) y finales, un estadio Monumental que reúne todas las condiciones como para albergar un gran número de espectadores y ofrecer un gran espectáculo”, enumeró Lozano. “Hemos comenzado a convocar un equipo mayor para que la organización sea de primera y la gente pueda tener una gran estadía en la capital de Lima”.
Aunque el dirigente peruano no especificó en primera instancia donde se jugaría el encuentro -si en el Monumental, propiedad del Universitario de Deportes y con capacidad para 80 000 espectadores, o el estadio Nacional, con 48 000 asientos y habitual feudo de la selección peruana-, la matriz del fútbol sudamericano comunicó luego en la cuenta oficial de Twitter de la Libertadores que el escenario elegido era el coloso del club limeño.
“La Final Única de la #Libertadores será en el Estadio Monumental de úLima2019 el 23 de noviembre a las 15:00 horas”, tuiteó la Conmebol.
El máximo organismo del fútbol sudamericano tomó la decisión de trasladar la final de Santiago a la capital peruana como consecuencia de la inusitada crisis social que tiene en jaque desde hace dos semanas al gobierno chileno que preside Sebastián Piñera, blanco de multitudinarias protestas que afectan las infraestructuras del país.
“Nadie podía imaginar hace un tiempo lo que iba a pasar en Chile, pero conforme se agravó la crisis, nos fuimos preparando para una contingencia. Perú se fue postulando y Conmebol nos dio luz verde. Estamos muy agradecidos y ahora le toca a Perú responder con el mejor trabajo organizativo”, concluyó Lozano.