Los jugadores del club Clan Juvenil, que participan en el campeonato de la Serie B, se entrenan en Sangolquí. El club realiza una destacada campaña y es candidato a subir a la A. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
A pesar de las dificultades económicas que atraviesan los
24 clubes de las series A y B hay ejemplos administrativos que no pasan apuros. Universidad Católica, Independiente del Valle, Mushuc Runa, Emelec, Macará y Clan Juvenil gozan de estabilidad financiera.
En estos clubes, los futbolistas cobran a tiempo y no hay montañas de deudas. ¿Cuál es la clave? Juan Cevallos, del novel
Clan Juvenil, detalla que elaborar un presupuesto real es parte del éxito. El equipo de Sangolquí planificó un presupuesto de USD 500 000 para esta temporada. El 75 % es financiado por los derechos de televisión (USD 330 000).
“Fuimos muy claros cuando armamos el equipo. Les ofrecimos lo que podíamos pagar. Respetamos el presupuesto para no generar déficit. Estamos al día en los sueldos”, manifiesta Cevallos.
Los sueldos no pasan de USD 2 000 por cada uno de los futbolistas. La planilla mensual del equipo que pelea el ascenso asciende a USD 35 000. Otras fuentes de financiamiento son los auspiciantes. Aquí no se pagan primas ni premios por partido.
Una fórmula que en su momento sí aplicó el presidente de Mushuc Runa, Luis Alfonso Chango. El equipo de Tungurahua ha tenido reclamos por pagos atrasados de deudas, pero ningún reclamo por sueldos.
Chango calcula que el presupuesto supera los
USD 2,5 millones. Las principales fuentes que sostienen la economía son los derechos de televisión (USD 800 000), auspiciantes y en un porcentaje de las taquillas de los partidos de local en Ambato. “Hay sueldos reales. Mi pelea ha sido porque hay futbolistas que quieren ganar y no rinden. Me han criticado por lo que he dicho, pero nosotros estamos pagando lo que podemos”, manifiesta Chango. En la primera etapa del torneo, la directiva ofreció hasta USD 700 de premios a cada jugador en un partido que era fundamental ante Aucas.
Otro de los clubes que se ha consolidado con su manejo es Independiente del Valle. El subcampeón de América llegó a crecer en nueve años con una base de futbolistas jóvenes y un fortalecimiento en las canteras. Este año, el presupuesto es de
USD 5,5 millones.
Santiago Morales, gerente, explica que el modelo se ha sostenido por un trabajo integral con futbolistas jóvenes. Ahora la proyección es construir su estadio propio con los ingresos de la última participación de la Copa Libertadores.
Universidad Católica también ha sobrevivido en los últimos años en Primera y se ha clasificado a torneos internacionales. Los salarios no superan los USD 10 000. En la Ecuafútbol no presenta reclamos.