Johvani Ibarra fue campéón en cuatro ocasiones, dos con El Nacional y dos con Deportivo Quito. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Johvani Ibarra jugó 11 temporadas en El Nacional y tres en Deportivo Quito, conquistando cuatro títulos nacionales, dos con cada equipo. A sus 46 años, el ahora entrenador de arqueros de Independiente del Valle, analiza la actualidad de sus exequipos y cómo está pendiente de su situación.
¿Qué siente del momento que atraviesa El Nacional?
Soy hincha a muerte del ‘Nacho’ y fue penoso que no haya ganado 10 partidos y esté en la parte baja del campeonato. A los jugadores que defienden esa gloriosa camiseta solo quiero decirles, que la defiendan con optimismo y sacrificio, porque solo depende de ellos sacar adelante a la institución.
¿Y la situación del Deportivo Quito?
Es una gran institución que tiene una hermosa hinchada. No merece sufrir tanto. Cuando me encuentro con gente del Quito los noto alicaídos y apenados por los malos ratos que están pasando. Espero que salgan adelante.
¿Estos clubes tienen deudas pendientes con usted?
Deportivo Quito sí, pero nunca he hablado de esa deuda, porque ya quedó atrás. A Deportivo Quito no le cobraré un solo centavo de las letras que tengo, ni le pondré un juicio, porque me llené de gloria en los tres años que estuve allí. Yo estoy en deuda con ellos, por eso quiero volver como su director técnico para retribuir lo que Deportivo Quito hizo por mí.
¿Qué piensa del regreso de los militares a El Nacional?
Tengo lindos recuerdos de los momentos que viví bajo la administración militar. Con todos los directivos soy buen amigo.
¿Qué cree que originó la crisis en el fútbol nacional?
Eso hay que establecer aún. Ojalá que nuevos empresarios inviertan en el fútbol y se pueda salir de esta crisis que afecta a equipos tradicionales y con trayectoria. Si lo hacen, el beneficiado es la Selección, porque lo que generan estos clubes va para allá.
¿La crisis inició por inflarse los salarios de los futbolistas?
No tengo mucha información sobre ese tema. En las dos instituciones que estuve, los sueldos no eran excesivos, pero sí se podía vivir con ellos. En El Nacional hacían tablas de sueldos, mientras que a Deportivo Quito llegue ganando la mitad de lo que recibía con los criollos.
¿Esta crisis afecta el rendimiento de los clubes tradicionales?
Sí, porque les están restando puntos que se ganaron en la cancha. Veo que se busca soluciones, pero lo mejor sería que los directivos trabajen para llevar a familias enteras a los estadios para disfrutar del fútbol.
¿La crisis aleja de los clubes tradicionales a los nuevos talentos?
Sí, sin ninguna duda. El futbolista es un ser humano, un padre de familia, un hijo, un esposo, que busca la estabilidad económica en su trabajo para beneficio de su hogar. Los nuevos futbolistas buscan equipos donde los salarios no sean tan altos, sino que cumplan con lo que les ofrecieron.
¿La crisis es generalizada en el fútbol ecuatoriano?
Tal vez sí, aunque yo no la siento porque estoy trabajando en un club muy organizado como Independiente del Valle.
¿Qué historias de futbolistas ha encontrado con la crisis?
Hay situaciones dramáticas, como las de jugadores que no pueden pagar el arriendo de sus casas, o las pensiones del colegio sus hijos. Son situaciones durísimas que por respeto a ellos, no quiero mencionar sus nombres.
¿Qué aconseja a los futbolistas con poca experiencia sobre esta crisis?
Uno puede llegar con un consejo, pero quien tiene que convencerse son ellos. Deben consultar con su pareja, sus padres y sus hijos, para diseñar un plan de ahorro.
¿Qué enseñanzas deja la crisis?
La principal es economizar y atesorar el dinero que mañana te puede hacer falta. El futbolista debe instruirse más para tomar mejores decisiones al momento de invertir.
¿Quiénes le enseñaron a invertir cuando fue futbolista?
Me ayudaron a cultivar el ahorro el Capitán Vinicio Luna y el profesor Milton Rodríguez. Ellos siempre me decían que de cada centavo que recibía, debía gastar menos de la mitad para que a futuro nos sirva en una inversión.
¿Qué es una buena inversión?
Comprar una casa para tu familia y montar un negocio que lo administre tu esposa. Así uno se dedica al fútbol y el negocio continuará para beneficiarnos a futuro. El fútbol no es eterno y dura pocos años, así que se debe aprovechar lo que genera.
¿Qué lecciones deja la crisis a los clubes pequeños?
Los clubes con menor tradición se ven en el espejo de los clubes grandes, y no quieren tener una realidad como la que ellos tienen. Los directivos de estos clubes veo que son más cautos en sus gastos.
Ya como técnico de fútbol, ¿qué estilo aplicaría?
Me gustó mucho el estilo de Dragan Miranovic, ‘Bolillo’ Gómez y Paulo Massa, porque ellos eran grandes motivadores. Ese estilo llega muchísimo a los jugadores, porque el futbolista tiene sentimientos y cuando sienten que le brindan confianza, va a desarrollar mejor su trabajo. Yo creo que hasta el dirigente debe hacer de motivador, porque es la cabeza de un club.