Entrevista a Carlos Alfaro Moreno, exjugador de Barcelona. Foto: Mario Faustos / Archivo / EL COMERCIO
Entrevista a Carlos Alfaro Moreno, exjugador de Barcelona. Moreno jugó en Argentina, México, España y Ecuador y estudió administración, tecnología deportiva y comunicación.
¿Cómo ha cambiado Barcelona, desde su llegada en los 90, hasta ahora?
Yo viví épocas de vacas gordas y de vacas flacas. El DT de Independiente (Argentina) en ese tiempo era Miguel Brindissi -que había vestido la camiseta torera- me dijo que vendría a jugar a un club europeo en Ecuador. Como han cambiado las cosas yo llegue a un coloso de América en 1994 pero ahora, con el paso de algunas dirigencias, la realidad es completamente adversa.
¿La falta de dinero afectó al club?
Esto no es un tema de meterse la mano al bolsillo, ni de poderío económico. Barcelona es un gigante que necesita ser bien administrado. Es quizás la marca más grande del país, que genera muchos recursos. Es lastimoso que este problema lleve más de 20 años.
¿La mala administración sería el principal problema de Barcelona?
En los últimos años Barcelona ha tenido un período de vacas flacas, aunque ha logrado campeonatos. Lo lamentable es que no se haya trabajado en la institucionalización del club. En el tema de las formativas es increíble ver cómo trabajan los chicos. Hay empleados a los que no les pagan mensualmente.
¿Barcelona puede salir de ese problema?
Sí, pero con un proyecto serio a mediano o largo plazo. Barcelona no es una institución, solo es un equipo de fútbol. Cómo se puede explicar que un grande del país no cuente con un complejo, una sede social. Es inexplicable que un equipo tenga solo 2 000 socios; para citar un ejemplo, Independiente de Avellaneda tiene 100 000.
¿El tema de los socios tomará mayor importancia en la campaña electoral?
No sé si esto de tener pocos aportantes sea una estrategia para manejar un padrón pequeño. Si no es así, es algo inexplicable. Hay tantos barcelonistas y tan pocos socios. Ese es un punto crucial en el que creo que los directivos se pudieron haber manejado mucho mejor.
Su nombre ha sonado mucho en esta campaña electoral. ¿Es una coincidencia?
Yo quise que sea así, porque creo que es el momento indicado, pero no quiero ser presidente. Aún no hay candidatos oficiales a la presidencia de Barcelona, pero me he reunido con las tres personas que son los potenciales aspirantes (Luis Noboa, José Francisco Cevallos y Carlos Nahón).
Como socio activo del club, ¿qué piensa sobre cada uno de ellos?
Con Cevallos compartimos tantas alegrías como jugadores, es un cariño especial. Creo que es un hombre serio y por eso me identifico con su proyecto. Nahón me parece un hombre apasionado, que ama a Barcelona y me gustaría que se reuniera con Cevallos. A Noboa le estaré siempre agradecido, pero creo que ya cumplió su ciclo.
¿El período de los hermanos Noboa fue malo?
No para nada. Yo siempre estaré agradecido porque inauguraron un gimnasio con mi nombre. Alcanzaron un campeonato y un vicecampeonato. Pero considero que para que las instituciones crezcan, debe haber un sistema sano de alternabilidad. Ellos han estado mucho tiempo en Barcelona y han cumplido un ciclo.
¿Por qué no buscar la presidencia?
Por ahora no me interesa, yo quiero trabajar con los chicos, desde las bases. Eso es lo que me apasiona. En un principio mi academia se creó para nutrir a Barcelona, ahora podríamos retomar el proyecto. Cevallos me ofreció trabajar en conjunto y aún tengo tiempo para decidirme. Mi prestigio y mi imagen están en juego.
Biografía: Nació el 18 de octubre de 1964, en Buenos Aires, Argentina.