Gonzalo Plata (der.), de la Selección ecuatoriana de fútbol Sub 20, en el ‘lobby’ del hotel en Polonia. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Salen y entran a cada instante en el ‘lobby’ del hotel de concentración. No paran de caminar de un lado a otro y mantienen reuniones cortas en una de las salas aledañas a la recepción. Son los agentes de los futbolistas que han llegado a Polonia.
No se despegan de la delegación. Visitan entrenamientos, pero por disposición de la FIFA no pueden ingresar a las canchas.
“Estamos expectantes de lo que pueda pasar con nuestros jugadores. Queremos darles un mejor futuro”, dice Esteban Báez, quien representa a cinco de los seis jugadores de Aucas que están disputando la Copa del Mundo.
El también dirigente auquista acompaña a Diego Palacios desde Holanda. Está en Europa desde hace tres semanas definiendo detalles de la posible continuidad del defensor guayaquileño en el Viejo Continente.
“Queremos que se quede más tiempo. En teoría debe volver al Aucas, pero este Mundial podría abrirle otras puertas”, dice Báez.
La Federación Ecuatoriana de Fútbol ha pedido que refuercen la seguridad en el hotel. En el piso donde están los jugadores de la Tri hay un guardia polaco que informa de todo el movimiento qué hay en las habitaciones. Impide que suban personas ajenas a la delegación.