Delanteros foráneos que cobran menos y hacen más goles

El argentino Bruno Vides ha sido figura en Universidad Católica. Foto: EL COMERCIO

El argentino Bruno Vides ha sido figura en Universidad Católica. Foto: EL COMERCIO

Daniel Neculman, máximo artillero del torneo,  celebra un gol ante El Nacional, en el estadio Christian Benítez. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Bruno Vides, delantero de Universidad Católica, se contacta con Paulo Dybala, a través de WhatsApp. Desde Quito, el argentino le cuenta a su compatriota sobre su campaña en Ecuador. Desde Italia, la figura de la Juventus le habla sobre el país europeo y le desea suerte.

Con los chats se mantienen en contacto a 10 000 kilómetros de distancia. Se conocieron en la Selección argentina Sub 18 hace cuatro años. Entonces, se perfilaban como futuras figuras. Sus caminos se separaron entonces, pero ahora brillan. Pasaron de ser desconocidos a jugadores cotizados. Vides, de 22 años, llegó a Quito hace tres meses y en 14 partidos ya lleva 11 goles. Su producción marca diferencias si se le compara con otros atacantes. Un ejemplo es Ismael Blanco, quien en ocho meses y 35 partidos, lleva el mismo número de tantos marcados que Vides.

El argentino Bruno Vides ha sido figura en Universidad Católica. Foto: EL COMERCIO

En Barcelona, el presupuesto es de USD 8 millones y hay sueldos de USD 30 000 mensuales. En Católica, ningún jugador gana más de USD 10 000. Los dirigentes no dan cifras del salario de Vides, pero dicen “que no es un jugador con sueldo alto”.
Eso sí, sus derechos ya se cotizan en USD 1 millón. Católica lo contrató a préstamo y puede adquirir su pase en julio del 2016.
Santiago Solari y Daniel Néculman, de clubes con presupuestos de solo USD 2 millones, también se destacan.

El goleador no se presiona
Daniel Néculman es el artillero del torneo (17 goles) y no se preocupar por fijarse una marca de tantos. Advierte que eso le generaría una presión innecesaria.

En el 2013 tampoco se estableció una marca de goles y finalmente hizo 29. El argentino juega en River Ecuador, club que paga salarios de máximo USD 10 000.

Aun así, se destaca con sus tantos. Su motivación es el embarazo de su esposa. En los próximos meses nacerá su primer hijo y eso lo motiva cada vez que se pone la camiseta número 9.
Tiene tres años de casado y afirma que ser padre será su mayor satisfacción. Su esposa va regularmente al estadio Christian Benítez para disfrutar sus goles.

Cuando tenía 15 años, el gaucho vivía en la concentración del club CAI de Argentina. Esa experiencia le enseñó a valorar su profesión. Él siempre llega temprano a las prácticas y nunca ha tenido problemas disciplinarios.

Néculman, quien también tiene nacionalidad chilena, conduce su vehículo y conoce los lugares turísticos de Guayaquil. Pero evita pasear seguido. Su actuación hizo que el cuerpo técnico de la Selección chilena se fijara en él. Hace dos meses recibió la visita de uno de los asistentes del estratega Jorge Sampaoli.
Un ariete con trayectoria

La vinculación de Santiago Solari al Deportivo Cuenca sorprendió a los hinchas. Es que el argentino tiene 14 años de trayectoria y el club mantiene deudas con jugadores y acreedores.

Solari, de 35 años, hizo la mayor parte de su carrera en clubes de su país, Italia, Bélgica, Chipre, México, España y Grecia. Por su edad, los aficionados pusieron reparos a su fichaje. Pero el DT Álex Aguinaga confió en él.

Esteban Solari, delantero argentino del Cuenca. Foto: EL COMERCIO 

El ‘Güero’ no se equivocó. En ocho cotejos jugados, el gaucho suma el mismo número de goles. La dirigencia que preside Galo Cárdenas analiza la opción de ampliar su contrato para el 2016.
Solari, en poco tiempo, se convirtió en referente del ataque. Pese a ello, muestra sencillez. “Me gustan los desafíos y por eso vine. Espero seguir aportando a que el equipo mejore”.

Él jugó la Champions en el 2012 con el Apoel FC de Chipre llegó hasta cuartos de final y anotó frente al Real Madrid.
Su contrato culmina en diciembre, pero él dice que no quiere apresurarse en hablar de una renovación. Su familia y él se sienten a gusto en Cuenca.

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