Thomas Bach, del Comité Olímpico Internacional, en Río de Janeiro. Foto: Roberto Schmidt/ AFP
Rusia se libró de una exclusión colectiva de los Juegos de Río 2016, pero debe buscar ahora restablecer la confianza en su lucha contra el dopaje, algo que por el momento, entre las negaciones de las autoridades y las reformas poco convincentes, deja escépticos a los expertos.
Para Dick Pound, el fundador de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que fue el primero en investigar las denuncias de dopaje de Estado en Rusia en un informe publicado en noviembre de 2015, lo primero que debería haberse hecho para provocar un cambio profundo en la actitud del deporte ruso es haberse mostrado más firme.
“Creo que una expulsión total hubiese sido un mensaje fuerte y hubiese aportado cambios más rápidos”, explica a la AFP , precisando que espera que las sanciones actuales sean suficientes para que se lleven a cabo reformas reales.
Una opinión que es compartida con otros expertos, que criticaron duramente la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de dejar en las federaciones internacionales la responsabilidad de autorizar o no la presencia de deportistas rusos en Río, pese a las conclusiones demoledoras del informe McLaren, que demostró la existencia de un sistema de dopaje organizado por el Estado ruso, con el apoyo de los servicios secretos, de 2011 a 2015.
En los últimos meses, ante la proximidad de los Juegos de Rio, cuando sus atletas ya estaban excluidos de todas las competiciones por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) , Rusia multiplicó las muestras de voluntad y promesas de reforma.
En julio, Moscú anunció la creación de una comisión independiente encargada de erradicar el dopaje del deporte y el ministro de Deportes, Vitali Mutko, se desplazó a la sede de la UNESCO, en París, para buscar apoyos a favor de su país.
Pese a estas promesas de reformas, las autoridades rusas siguen negando las conclusiones del informe McLaren.
“No sé cómo pueden negar todo eso” , se interroga Bill Mallon, historiador de los Juegos Olímpicos, argumentando que las pruebas sobre la implicación de las autoridades rusas son “ realmente claras”.
“Es como si los alemanes del Este en 1985 tratasen de negarlo (el dopaje) cuando todo el mundo lo sabía”, añade.
Relevo de los responsables
Para Rusia, el objetivo tras los Juegos será restaurar la confianza en su sistema de lucha contra el dopaje, única solución para permitir la reacreditación del laboratorio de Moscú y de la Agencia Rusa Antidopaje (RUSADA) .
Pese a que un puñado de burócratas, entre ellos la colaboradora de Vitali Mutko en la lucha antidopaje, Natalia Jelanova, fueron suspendidos tras la aparición del informe McLaren, los principales responsables siguen en sus puestos, aunque Moscú prometió apartar a todos aquellos que estuviesen directamente citados en el informe.
El primero de ellos, que no era otro que Mutko, no ha visto peligrar su cargo al estimar el Kremlin que no existen pruebas contra él, pese a lo denunciado en el informe McLaren.
Para dirigir su comisión contra el dopaje, Moscú nombró a Vitali Smirnov, de 81 años, director del Comité de Organización de los Juegos de Moscú 1980 y presidente honorífico del Comité Olímpico Ruso.
La mayor parte de los miembros de la comisión han ocupado ya puestos de responsabilidad en el mundo el deporte, como el secretario general de la Federación Rusa de Atletismo (ARAF) , Mijail Butov, o el jefe de la televisión Pervyi Kanal, próxima al poder, Konstantin Ernst.
Rusia también dejó entrever la posibilidad de dar entrada a extranjeros en esa comisión, pero por el momento eso no ha ocurrido.
“Todo iría mejor si se hubiesen nombrado a nuevos responsables. La gente tendría más confianza”, asegura Mallon, que destaca que Smirnov ya tenía responsabilidades en la época soviética, cuando “ Rusia y la URSS ya tenían el mismo problema con el dopaje ” .
Además, Smirnov estrenó el cargo defendiendo las negativas oficiales. “No hubo, no ha habido y no habrá un sistema de Estado que apoye el dopaje”, declaró al tomar la dirección de la comisión.
Según Mallon aparecerán nuevas pruebas a medida que avancen las investigaciones de la AMA y “habrá que decirles (a los rusos): ‘Hagan esto y aquello, no queremos a Smirnov y no queremos a Mutko’”.
“Hay que dejar a esa gente, que son malos perdedores desde el principio, fuera del sistema”, insiste.