Jugadores de Deportivo Quito en Carcelén. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Las finanzas ya no le cuadran a Marcelo Argüello, delantero argentino del Deportivo Quito. Desde el jueves tiene que sobrevivir con USD 40 junto con su esposa.
Es el dinero que le queda de todos los ahorros que trajo. No recibe sueldo y no le queda otro recurso que pedir más plata a su familia en Argentina. Siente vergüenza de hacer esa solicitud.
Vive apretado y para ir a entrenar en el complejo Ney Mancheno, en Carcelén, colabora con USD 3 o 4 -a la semana- para la gasolina en la camioneta de Eddie Guevara. El atacante anda muy preocupado. Cada vez que llega al departamento le exigen que pague el arriendo y ya no sabe qué decir. Debe un mes y ya está corriendo otro más.
Él presiente que la directiva no lo quiere en el equipo azulgrana. “Duele que nos mientan en la cara. Si no nos quieren tener que nos digan de frente, pero nosotros queremos estar acá por el equipo”, dijo el refuerzo argentino.
Nelson Schonberger, el golero argentino, también está entrando en desesperación. Vive en el complejo y todos los días le preguntan sus hijos (Zahir y Oliver) cuando se reencontrarán.
Ellos están en Argentina con su esposa y no los trae porque no tiene departamento y tampoco ha cobrado el sueldo. “Es complicado cuando no estás junto a la familia. Aquí en el complejo tratamos de distraernos, pero es difícil cuando no tenemos dinero”, contó el guardameta, de 31 años.
Ambos jugadores tienen contrato hasta diciembre de este año. Según la anterior directiva, en el Deportivo Quito nadie recibiría más de USD 2 500. Sin embargo, los sueldos de los extranjeros superan los USD 3 000. Pero no han recibido un solo mes.
De hecho, los extranjeros tampoco han podido cobrar el costo de los pasajes aéreos que invirtieron para venir a Ecuador.
Coinciden en algo: sabían bien a que se atenían al venir a la ‘AKD’.
Pero están convencidos que su futuro puede mejorar con buenos resultados. Ellos tienen el respaldo del entrenador Marcelo Fleitas. El DT uruguayo los pidió, pero ahora la nueva directiva de Freddy Mayorga habla de un exceso de jugadores.
Schonberger trata de mantener la calma. La crisis se ha profundizado. En el complejo no hubo merienda el miércoles y el agua escasea. En las tardes, en el tiempo libre, se dedican a jugar play o a distraerse con bromas entre los 19 jugadores que habitan allí.
No hay todas las facilidades en el Ney Mancheno porque está adaptado para concentraciones y no para vivienda.
Freddy Mayorga, el presidente del club, ayer mantenía una reunión con los jugadores. “Vamos a tratar de solucionar el tema y pagarles los salarios”, dijo el directivo.