Michael Schumacher está internado en un cuarto de su enorme casa, bajo la supervisión de un equipo médico compuesto por 15 personas. Foto: Archivo/ AFP
“Compartimos los mismos valores. Durante todo el tiempo que estuve corriendo ella era mi ángel guardián”, aseguraba el ex piloto Michael Schumacher días antes del accidente que sufrió el 29 de diciembre del 2013.
El alemán hacía referencia a Corinna Betsch, la mujer con quien se casó en agosto de 1995 y de quien nunca se separó ni protagonizó algún escándalo mediático, ni pelea seria. Hoy, Betsch de 49 años pasó de ser la esposa de Schumacher, a ser “la jefa del clan”, como detalló la revista alemana Bunte.
Michael Schumacher y Corinna Betsch se casaron en agosto de 1995. Foto: Infobae
La oriunda de Halver es quien administra las finanzas de una familia multimillonaria, producto del gran desempeño de su marido a lo largo de sus 19 años dentro de a Fórmula 1. Al mismo tiempo es madre de dos hijos Gina-María, de 21 años, y Mick, de 19.
A lo largo de los 23 años que tienen de matrimonio, Corinna resultó ser muy importante para el ex deportista de 49 años. Dentro de esas dos décadas fueron tres los momentos cruciales en los que estuvo presente: El accidente que sufrió en el circuito de Silverstone en 1999, la muerte de su madre en 2003 y finalmente el accidente del 2013.
“Ella no está bien. Pero trata de ser fuerte para dar su apoyo a Michael. No quiere transmitirle ningún pensamiento negativo”, relató en una oportunidad Sabine Kehm, representante y portavoz de la familia.
En diciembre se cumplirán cinco años. Un lustro en el que la figura de Betsch tomó un giro drástico. Debió hacerse cargo de todo: la familia, la fortuna económica, los negocios con patrocinadores, las cuestiones judiciales con la prensa, y sobretodo, del cuidado de su esposo.
Corinna Betsch también tiene que hacerse cargo de la parte judicial, producto del hermetismo que generó alrededor de la salud de su esposo. Captura YouTube
La primera decisión determinante que tomó Corinna fue instalar un centro de rehabilitación en su casa en Suiza y trasladar a su marido allí en septiembre del 2014, después de haber pasado 159 días en coma y un corto período en una clínica de Lausanne.
Posteriormente, la prensa alemana detalló que 15 personas fueron contratadas para cuidar a Michael Schumacher, quien había sufrido un traumatismo craneoencefálico que lo dejó en estado vegetativo, del que aparentemente se ha ido recuperando algo poco a poco. Ese cuidado permanente le cuesta USD 165 000 semanales según reveló el portal Daily Mirror, los cuales continúan.
Con aquella determinación, la familia lleva invertidos USD 30,3 millones en la salud de ‘Shumi’, un número que obligó a tomar otras medidas como la subasta de distintos bienes del alemán. La mujer de 49 años tuvo que realizar distintas estrategias financieras para mantenerlo con vida .
Avión privado: En 2014, el Falcon 2000 EX salió a la venta por USD 23,8 millones.
Cabaña en Noruega: Un terreno a kilómetros de la capital, Oslo, fue vendido en 2015 a cambio de 2,5 millones de euros (casi USD 3 millones).
Rolls-Royce Phantom coupé: En agosto del 2016 la familia vendió el vehículo a una compañía portuguesa por USD 400 000.
Monoplaza histórico: En noviembre del 2017, el vehículo que piloteó Schumacher con el que el alemán ganó el Gran Premio de Mónaco en 2001 fue vendido por USD 7,5 millones.
Así como recaudó fondos de un lado, los perdió del otro, después de que saliera a la luz que tres sponsors que aportaban más de USD 5 millones dejaron de invertir dinero (Erlinyou, Jet Set y Navyboot). Actualmente continúa recibiendo un capital de otros patrocinadores como Rosbacher y Audemars Piguet, entre otros, quienes acordaron seguir en la órbita del “Kaiser” pero reduciendo los números del contrato.
Por último, Betsch también tiene que hacerse cargo de la parte judicial, producto del hermetismo que generó alrededor de la salud de su esposo. La insistencia de la prensa por tener noticias del piloto es tal que muchas terminan siendo falsas.
En 2015, por ejemplo, ganó un juicio contra una revista alemana que aseguraba que el heptacampeón podía caminar, mientras que el mismo año perdió otro con el semanario Die Aktuelle, el cual tituló: “Corinna Schumacher: un nuevo amor la hace feliz”, que relataba el noviazgo de su hija, pero cuyo encabezado se prestaba a confusión.
Corinna no pierde las esperanzas desde aquel 8 de julio del 2014 en el que realizó su primera aparición pública tras el accidente: “Vamos cuesta arriba, por supuesto lentamente, pero al menos avanzando”, aseguraba. Además del sostén de sus hijos, la alemana cuenta con el apoyo de miles de aficionados que bajo el lema “Keep Fighting” (Sigue luchando) quieren volver a ver al piloto delante de una cámara y vinculado al automovilismo.