El club debe cinco quincenas al equipo titular, que se entrenó en el complejo Ney Mancheno, en Carcelén. EL COMERCIO
Caras largas y un entrenamiento en silencio fue el panorama de ayer en el complejo Ney Mancheno. Los jugadores del primer equipo del Deportivo Quito empezaron la semana lamentando la situación que viven.
El descenso a la Serie B y el clima interno del equipo hicieron que la práctica durara una hora, de las dos usuales. A esto se suman la incertidumbre por conocer a la nueva directiva, la continuidad del DT Carlos Sevilla, y la decisión de los dirigentes de que juegue el equipo de Reserva las últimas tres fechas del campeonato.
Ayer, la jornada empezó como siempre. La plantilla llegó a las 09:00 y se reunió en el centro de la cancha, donde hubo la charla técnica y un entrenamiento ligero.
Uno de los ejemplos que muestra la división entre los futbolistas fue cuando llegaron Juan Diego Rojas, Jairon Bonett, Richard Calderón, Daniel Porozo y Efrén Proaño, quienes jugaron en Loja. Estos no fueron saludados por la mayoría de sus compañeros.
Con el descenso, los problemas del Quito no han terminado. Todavía hay deudas pendientes que podrían tener consecuencias.
Jorge Guzmán, gerente de la Agremiación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE), afirmó a este Diario que este martes 1 de diciembre pedirán una sanción para el Quito en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por incumplimiento de pago a Michel Castro, quien exige
USD 50 000.
Es decir que el equipo todavía está en riesgo de descender a la Segunda Categoría. Además, Guzmán asegura que en esta o la otra semana podrían salir los reclamos de acreedores antiguos como Isaac Mina, Luis Checa y Santiago Morales, quienes piden USD 156 000, en total.
A esto se suma el juicio de quiebra que empezó Teleamazonas, en contra del club.
El canal, que exige USD 2,3 millones, demandó al club porque este recibió un adelanto por los derechos de TV del campeonato del 2013 y después rompió unilateralmente el contrato.
Según Carlos Sevilla, los directivos están más pendientes de evitar el descenso a la Segunda de Pichincha, que pagar salarios a los jugadores y administrativos.
Consecuencias Deportivas
Deportivo Quito descendió a la Serie B para la próxima temporada, pero está en riesgo de jugar en la Segunda Categoría por incumplimiento de pagos. Hasta la fecha, el club es último en la tabla acumulada de la A con 32 puntos.
El DT Carlos Sevilla analiza su salida del equipo a falta de tres fechas. Asegura que no tiene sentido continuar en el club si no va a dirigir los últimos partidos. El equipo de Reserva, a cargo de Renato Salas, afrontará los últimos juegos del club en la Serie A.
Nicolás Vega, gerente de la Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha, da un panorama de las consecuencias para el club en caso de que no pueda cumplir las demandas de sus acreedores. Además de ir a la Serie B, aún podría ser inhabilitado e ir a la Segunda Categoría. Y en caso de que no se llegara a presentar dos partidos en esta división, según el reglamento, iría al amateurismo de Pichincha. “Si continúan con deudas, sería impedido de jugar y dejaría de ser profesional”.
Consecuencias económicas
A la dirigencia todavía le toca recorrer un empedrado camino en la parte económica hasta el final del año. El déficit del equipo es de USD 19,5 millones, según el informe del expresidente del club, Santiago Ribadeneira.
Ayer, la plantilla cumplió tres meses y medio sin recibir sus sueldos. En total, les adeudan USD 700 000. Esta situación podría representar la pérdida de tres puntos más, ya que la dirigencia deberá presentar hasta la otra semana roles de pago firmados por los futbolistas.
Jugar en la Serie B representará una pérdida de recursos. Este año, por derechos de televisión, la ‘AKD’ recibió USD 1,5 millones, pero la próxima temporada ese valor será de
USD 160 000.
Además, están pendientes demandas en la FIFA que llegan a los USD 1,4 millones, los pagos pendientes con exintegrantes del club como Isaac Mina (USD 21 000), Luis Checa (USD 65 000) y Santiago Morales (USD 70 000). A eso se agregan otros rubros con Emelec, por USD 40 000, y Teleamazonas, por
USD 2,3 millones.